Señor Director:
El cuerpo de un adulto contiene entre 20-28 gramos de magnesio. Los huesos alojan el 60% y alrededor de un 26% está en los músculos, dejando el resto en tejidos blandos y fluidos extracelulares. Es un mineral esencial que desempeña un papel crucial en diversas funciones del cuerpo, incluyendo la función muscular, nerviosa y reacciones enzimáticas (esenciales para la vida).
Su deficiencia es poco común, pero pude ocurrir en personas alcohólicas o con malabsorción intestinal o diarrea profusa, desnutrición, niveles sanguíneos bajos en calcio, alteraciones renales o personas con soporte nutricional con mezclas deficientes en magnesio. La deficiencia de magnesio puede producir trastornos, neurológicos y neuromusculares, como debilidad muscular, anorexia, irritabilidad, letargo, apatía.
Según la FAO/OMS, la ingesta recomendada para infantes de menores de 6 meses es de 30 mg/L (cantidad encontrada en la leche materna); para niños mayores de un año 5 mg/kg/día; adolescentes 5,3 mg/kg/día. En adultos mayores de 18 años, 4,0 mg/kg/día.
Para tener niveles adecuados de este mineral es necesario incorporar en la dieta alimentos ricos en este; sus principales fuentes son las nueces y las semillas secas (semillas de cajú 260 mg /100 g), granos secos de leguminosas (poroto 180 mg/ 100g), producto de soya y los cereales sin moler.
En caso de existir indicio de una deficiencia, deberá ser comprobada por pruebas bioquímicas, y evaluar si es necesario suplementar. Es crucial recordar que antes de tomar suplementos de magnesio o cualquiera otro, es recomendable consultar con un profesional de la salud. El exceso de magnesio también puede tener efectos secundarios, y la dosis adecuada puede variar según la situación de cada persona.
María Guerra Valle Académica de Nutrición y Dietética USS