Estados Unidos aseguró este jueves que mantiene las “líneas de comunicación abiertas” con China tras la reunión en Los Ángeles entre la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, y el líder de la Cámara Baja estadounidense, Kevin McCarthy, que ha enfurecido a Pekín.
El Gobierno chino condenó este jueves el paso por Estados Unidos de la mandataria isleña, acusó a Washington de “confabulación” con la isla y avanzó que responderá con “medidas resueltas y efectivas para salvaguardar la soberanía nacional y la integridad territorial”.
“Tenemos muchos canales de comunicación con nuestros contrapartes de China y estamos comprometidos a mantenerlos abiertos para prevenir el riesgo de una escalada”, dijo en una rueda de prensa el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Vedant Patel.
Además, explicó que el secretario de Estado, Antony Blinken, todavía tiene la intención de, cuando “las condiciones lo permitan”, reagendar el viaje a Pekín que suspendió en febrero pasado después de que Estados Unidos detectara un supuesto globo espía chino.
Patel aseguró que la visita de Tsai, que según Washington no tuvo carácter oficial, es “coherente con la política estadounidense”, que aboga por el principio de “una sola China” y no reconoce la independencia de Taiwán.
La nueva crisis entre ambos países surge después de que la presidenta taiwanesa hiciera una “escala” en Estados Unidos como parte de su viaje a Centroamérica.