La última vez que el cabo primero de Carabineros Daniel Palma Yáñez estuvo en la Región de Ñuble fue hace apenas dos semanas.
“Siempre venía, especialmente en los veranos cuando era niño, porque siempre fue nuestro sobrino regalón”, añade Carlos Yáñez, hermano de Iris, madre del funcionario policial que se convirtió en el nuevo mártir de Carabineros, tras recibir dos balazos en la cabeza, mientras participaba de una fiscalización a un vehículo, en Santiago Centro.
Ese mismo crimen que motivó una reunión de urgencia en la Moneda, un rechazo político transversal y manifestaciones ciudadanas en Santiago y en Rancagua –comuna de la que era oriundo- también dejó a una familia ñublensina de luto.
“Nosotros somos seis hermanos, todos nosotros y también Iris somos de acá del sector de Aguas Buenas, pero ella se fue a vivir a Rancagua después. Ella estaba muy orgullosa de Daniel, era el primer miembro de la familia en ser carabinero. Primero, había entrado al Ejército, pero al poco tiempo decidió pasarse a Carabineros y estábamos todo orgullos de él”, comentó Carlos Yáñez.
La familia, tras recibir las condolencias del obispo de Chillán y del párroco de la capilla central de San Carlos, de la que eran feligreses, viajaron de inmediato a Rancagua para sumarse a los responsos, acompañar a su hermana y asistir a los funerales del mártir.
“Mi hermana, como todos nosotros estamos desechos, no damos más de dolor con todo esto. Pero no le voy a mentir, todo el apoyo que nos han dado tanta gente, ver lo que ha salido en la prensa y el cariño de las personas en la calle, realmente nos ha dado mucha fuerza para sobrellevar esto. Va a ser muy difícil no volverlo a ver, saber que ya no va ir más a Aguas Buenas con sus hijos y su señora a pasar parte de los veranos, va a ser muy difícil”, concluyó.
En busca de dos sospechosos
El fiscal Centro Norte, Felipe Olivari, hizo un llamado público para ayudar a dar con el paradero de dos personas sospechosas en la investigación del asesinato del cabo Palma.
Para este propósito, el Ministerio Público entregó las identidades de dos personas venezolanas que estarían involucradas en el caso. Carlos Cortez Flores y Luis Lugo Machado, este último con antecedentes penales por microtráfico y porte de municiones. Le dieron tres años de libertad vigilada y dejó de asistir a firmar.
