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Apagón (I)

Señor Director:

El apagón nacional del 25 de febrero dejó más de 8 millones de hogares sin luz y a la industria paralizada. Las pérdidas, que superan los $150 mil millones, revelan un problema más profundo: la falta de acción del Coordinador Eléctrico Nacional (CEN). Este organismo, creado en 2017 para garantizar la operación eficiente del sistema eléctrico, tiene la responsabilidad de coordinar, supervisar y optimizar el suministro de energía, pero no cumplió con las pruebas de verificación necesarias para prevenir el desastre.

Su presidente, Juan Carlos Olmedo, quien recibe un salario de $23.687.488 mensuales, parece más un espectador que un líder. En situaciones críticas, cada minuto cuenta, y el tiempo de recuperación del servicio fue inaceptablemente largo. La central hidroeléctrica Rapel, clave para energizar La Moneda, tardó seis horas en reanudar el suministro, cuando el plan preveía solo 15 minutos.

El Plan de Recuperación de Servicio (PRS) establece que la verificación de sistemas de información y partidas autónomas es crucial, pero de las 23 centrales designadas, solo dos cumplieron con los requisitos. Esta inoperancia es un golpe a la confianza pública.

La lección es clara: Chile necesita un CEN que actúe con responsabilidad y transparencia. Las luces del futuro dependen de nuestra capacidad para aprender de la oscuridad.

Ricardo Rodríguez Rivas

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