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Los registros de la autoridad sanitaria indican que en la Región de Ñuble existen cinco centros en lo que se faenan animales para consumo directo de carne, y están ubicados en Ñipas, Portezuelo, San Fabián, Cobquecura y Confluencia. La doctora en Medicina Marta Bravo, seremi de Salud, explica que estos recintos se denominan Centros de Faenamiento de Autoconsumo (CFA), autorizados y con vigilancia permanente por parte de la Unidad de Seguridad Alimentaria de esa cartera.
“Como Gobierno destacamos las coordinaciones existentes con los propietarios de estos centros, algunos de los cuales han ido mejorando su infraestructura y sus procesos. Nuestros profesionales desarrollan una labor de supervisión en la que se puede detectar alguna anomalía puntual de la carne faenada, la que finalmente no llega al consumidor”, precisa Bravo, quien agrega que existe un día específico de inspección de carne para cada CFA.
“En el caso de San Fabián, la inspección es el martes, Cobquecura, los viernes, y las otras comunas, los jueves. Lo relevante es que está sistematizado de forma que nuestros veterinarios estén presentes en el momento del faenamiento y se resguarde la salud de quienes consuman la carne”, añade la titular de Salud en Ñuble.
Marcela Cuadra, encargada del Departamento de Acción Sanitaria, complementa que se trata de una inspección médico-veterinaria de las carnes y vísceras (hígado, pulmón y riñones) de bovinos, ovinos y porcinos. “En el caso de los cerdos, se agrega examen de triquinoscopía. En todos los animales se asegura la adecuada calidad de las carnes, con eliminación de aquellas alteradas (tumores u otros)”, puntualiza.
Óscar Castillo, dueño del CFA de Ñipas, comenta que está cargo del establecimiento hace 45 años, y que es una tradición el consumo de carne “fresca” en esa comuna del Valle el Itata. “La gente en Ránquil compra carnes desde el jueves en adelante, hasta el domingo. Saben que los animales faenados son de acá mismo, y que la carne es buena y además revisada por la Seremi de Salud, por lo que hay mucha confianza en lo que se consume”, cuenta Castillo, cuya familia está ligada al negocio cárnico desde muchas décadas. El día de trabajo, se pueden faenar siete a ocho animales para luego ofrecer el producto en las carnicerías de Ñipas, lo que se repite en los otros CFA. La semana previa a Fiestas Patrias, aumenta un poco el volumen de animales, pero siempre a baja escala.
Bravo agrega que otros ocho CFA EN Ñuble, en los que se faenan equinos para elaboración de charqui, distribuidos en Chillán, San Carlos y Bulnes. “Las inspecciones se realizan diariamente según requerimiento del establecimiento, y todas las carnes se intervienen para iniciar el proceso de elaboración posterior de charqui”, dice Bravo, agregando que en febrero de este año se creó una mesa de trabajo liderada por la Seremi de Salud, e integrada además por el SAG y Seremi de Agricultura, con el objetivo de generar asociatividad y corporativismo entre los productores de charqui de la Región de Ñuble.
“La idea es que el resultado final sea la obtención de un mejor producto regional, además de buscar una eventual futura denominación de origen del producto charqui”, puntualiza la seremi de Salud.