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Avances y desafíos

Mauricio Ulloa

El último día del año ofrece una oportunidad para reflexionar sobre lo bueno y lo malo del 2025 para la región, sobre los avances y retrocesos, sobre desafíos emergentes y aquellos que siguen pendientes, sobre el rol de las autoridades actuales y futuras y lo más importante, sobre la capacidad de los ñublensinos de trabajar unidos por alcanzar los objetivos que inspiraron la creación de la región.

Hace exactamente doce meses, en estas páginas se hacía un balance del 2024, con un panorama económico poco auspicioso, con nuevas autoridades municipales y la reelección del gobernador regional, con optimismo por la construcción del Hospital Regional, pero, a la vez, con la incertidumbre sobre el futuro de la cárcel de Chillán, con la condena a la corrupción en casos como “Cuentas corrientes” y con una elevada percepción de inseguridad, a pesar de ser una de las regiones con menores niveles de victimización.

Al mirar el panorama actual se pueden identificar algunos avances. Los indicadores económicos han mejorado paulatinamente, pero no lo suficiente para revertir los altos índices de desempleo; la construcción del Hospital Regional ya concluyó e, incluso, inició su apertura parcial; mientras que el caso Cuentas Corrientes ya tiene sus primeras condenas.

A esos logros se pueden añadir la licitación exitosa de la construcción del embalse Zapallar, el inicio de las obras de ampliación de las líneas de transmisión Charrúa-Chillán y Monterrico-Cocharcas, la implementación del pago con tarjetas bancarias en el transporte público, la disminución de los episodios críticos de contaminación atmosférica en la intercomuna, el comienzo de la construcción del primer parque eólico de Ñuble, la pavimentación de 137 kilómetros de caminos y el llamado a licitación para la reposición del tramo 1 de la Ruta Chillán-Yungay. En ese contexto, una mención especial merece el gobernador regional y los alcaldes, que actuaron en bloque logrando frenar el recorte del presupuesto regional para 2026.

Por otro lado, persisten desafíos como la reducción de la percepción de inseguridad, el combate a la delincuencia, la atracción de inversiones y la disminución del desempleo y la informalidad; así como también sigue pendiente la decisión sobre el futuro de la cárcel de Chillán, la ampliación del plan de descontaminación atmosférica, la construcción del embalse La Punilla, la licitación del paso inferior Parque Lantaño, la concreción de la Circunvalación Oriente Chillán, la habilitación del aeródromo para la operación de vuelos comerciales, la ejecución de la ampliación de la avenida Alonso de Ercilla y del puente en la desembocadura del Itata, entre otras obras clave para mejorar la calidad de vida de las personas, principalmente en el mundo rural.

Luego de las elecciones parlamentarias y presidenciales, en las que destacó la alta votación que recibió el ahora presidente electo José Antonio Kast en Ñuble, hay positivas expectativas para 2026 en materia de crecimiento económico y seguridad, sin embargo, a la hora de empujar los proyectos prioritarios para la región, será clave continuar la senda de la colaboración de todos los actores locales para levantar la voz de Ñuble ante el nivel central, tal como se hizo al defender el presupuesto regional o al exigir soluciones frente al rezago de la infraestructura de transmisión eléctrica. De esa suma de voluntades dependerá cuántos desafíos pendientes estaremos revisando en 12 meses más.

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