Debate falso

Señor Director:
Se ha dicho en estos días por algunos dirigentes del oficialismo, que su candidata presidencial tiene una posición más bien socialdemócrata, y por ello puede distanciarse de su partido de toda la vida, el PC.
Este tipo de afirmaciones, y otras de la misma índole, envuelven una frivolidad supina, aparte de exudar ignorancia, sin que analistas y periodistas entren en serio a examinar semejantes inconsistencias.
Sin duda, el periodismo ha tenido y sigue teniendo una responsabilidad ineludible en debates artificiales como este, y en la creación de imágenes inofensivas que esconden realidades demasiado densas.
Al periodismo debemos, precisamente, la ficción de que la candidata oficialista pudiese, por embrujo o abracadabra, despegarse de su partido, renunciar a sus ideas de siempre, respetar a todo evento las reglas del régimen democrático, en fin, adherir a una economía de mercado que clama por recuperar el crecimiento.
Se trata de una irrealidad, una quimera, que queda a la intemperie con sólo conocer nociones rudimentarias de marxismo, la trayectoria del PC criollo y las adhesiones que han sellado sus compromisos. Y no se trata de anticomunismo, sino de exigir al periodismo que no desfigure las ideologías, que informe con veracidad y rigor lo que hay detrás de un partido que se define como revolucionario, y que sostiene que la agudización de los conflictos en la sociedad es necesaria, inevitable, fatal.
Por mucho que se intente presentar a la candidata del oficialismo con ideas que no son de ella, la realidad es más convincente que esas pretensiones.
Es como si un candidato del actual partido neonazi alemán compitiera intentando convencer al electorado que es liberal o democristiano. Todo tiene un límite, y uno muy nítido es que nuestro pueblo no es idiota.
Gustavo Adolfo Cárdenas Ortega
Abogado