La importancia de desconfiar

En la era digital, donde casi todo se puede comprar o vender con unos pocos clics, el acto de transferir un vehículo debería ser, en teoría, un trámite seguro. Pero la realidad en Ñuble y en muchas otras regiones del país está demostrando lo contrario: vender un auto puede convertirse en una puerta de entrada al fraude.
En Autofact, la principal plataforma chilena de informes vehiculares y transferencias online para automóviles y motocicletas, el primer consejo que aparece al buscar orientación es nunca vender aceptando vale vistas ni cheques. Así también lo confirma la experiencia de cientos de víctimas que han perdido millones por confiar en documentos falsos.
El caso recientemente denunciado por un matrimonio de Chillán, que fue estafado tras publicar en Chileautos una camioneta Ford F-150 por $37 millones, es un claro ejemplo de cómo la confianza mal depositada puede transformarse en una pesadilla.
Aparentemente todo fue normal: un comprador interesado, una visita para ver el vehículo, una notaría de por medio, un vale vista como forma de pago y, lamentablemente, una carta poder firmada sin conocer al verdadero comprador. ¿Resultado? El vale vista era falso. La carta poder no especificaba al destinatario. El vehículo desapareció. Los responsables ya contaban con antecedentes penales. Solo que, como bien dice la afectada, eso se descubre “cuando ya estás haciendo la denuncia”.
Según la PDI, este tipo de fraudes es cada vez más frecuente. Los delincuentes operan preferentemente los días viernes, aprovechando la inactividad del fin de semana para hacer desaparecer los rastros del vehículo. Una estrategia básica, pero efectiva.
Este fenómeno no es exclusivo de Chillán ni de Ñuble. En Santiago, Concepción, Rancagua, Valdivia, Temuco y Antofagasta se han documentado redes organizadas y concesionarias fantasmas, algunas con más de 50 querellas por estafa.
Todo esto nos obliga a replantearnos cómo se están realizando las transacciones de bienes de alto valor en el país y qué tan preparados estamos para enfrentar una operación que puede llevarnos directo a una pérdida millonaria.
Y no se trata solo de la astucia de los delincuentes. El sistema también muestra grietas. ¿Cómo es posible que un banco reciba un vale vista falso sin detectarlo?
En paralelo, es clave que se entienda lo riesgoso que puede ser una carta poder. Aunque parezca un trámite práctico, cuando no indica con precisión el nombre del nuevo dueño, se convierte en arma de doble filo. La PDI lo ha dicho con claridad: es el segundo gran error que cometen las víctimas. Un error que puede facilitar que el vehículo sea transferido sin dejar rastro legal alguno.
Frente a cualquier venta de vehículo exija transferencias electrónicas confirmadas, nunca entregue el vehículo hasta que el banco haya verificado la recepción del dinero, evite a toda costa firmar cartas poder, prefiera trámites presenciales con un comprador identificado, y ante cualquier duda, consulte a un abogado o a la propia PDI.
Lo barato cuesta caro, y lo “fácil” en este tipo de operaciones muchas veces es una trampa. Lo hemos visto en Chillán, lo han vivido familias como la que denunció públicamente su caso, y lo seguirá padeciendo quien no esté dispuesto a seguir una regla simple, pero clave: no confiar, al menos no en un negocio que comienza en línea y se cierra sin documentos debidamente formalizados que garanticen su legalidad.