Skip to content Skip to sidebar Skip to footer

Seremi de Salud de Ñuble confirmó que padece cáncer de mama: “Hay que dejar de estigmatizar la enfermedad”

Desde febrero que la Seremi de Salud de la región de Ñuble, Michelle De Arcas, está alejada de sus funciones debido a un diagnóstico de cáncer de mama. Hoy, con antecedentes de su pronóstico, habló en exclusiva con La Discusión sobre su enfermedad y cómo ha llevado el proceso durante los últimos meses. La autoridad quiere entregar un mensaje clave: la prevención puede definir el futuro de la persona y que la palabra cáncer no significa muerte.

Primero que todo, ¿Cómo se encuentra actualmente y qué la motivó a compartir públicamente su diagnóstico y este proceso que está viviendo?

Primero contar que tengo un cáncer de mama, esa es mi situación actual. Fue un momento muy duro desde que surgió la sospecha. Me hice una ecografía rutinaria en enero y apareció un nódulo sospechoso. Después de unas semanas, la biopsia confirmó el diagnóstico de cáncer de mama.

Fue muy difícil porque la incertidumbre es lo primero que se siente en esta situación. Es un golpe, un balde de agua fría. También es algo que se siente un poco irreal, como que uno no se lo cree. Siempre pensamos que esas cosas les ocurren a otros, que están lejos. Pero aquí estamos, y estamos bien.

Al principio quise mantener esto en total reserva, principalmente por mis hijos. Cuando te sospechan un cáncer no tienes mucho que contar, porque no sabes si el tratamiento será curativo, si vas a vivir o si te enfrentarás a un tratamiento paliativo.

Hoy, con un diagnóstico confirmado y con más antecedentes sobre mi pronóstico, puedo hablar abiertamente. Me gusta poder hacerlo, porque al principio uno intenta proteger mucho la privacidad y evitar que alguien pueda verse afectado, especialmente la familia. Además, siento que mi experiencia puede acompañar a otras personas.

La gente debe saber que hacerse un chequeo preventivo puede cambiar el destino entre vivir o morir. Es tan drástico como eso. Si me hubiera demorado un par de meses más en hacerme la ecografía, hoy no estaría contando que mi tratamiento es curativo y que estoy en una etapa en la que me voy a recuperar. Estaría contando otra historia. Ese es el mensaje principal.

En su experiencia personal y profesional, ¿Qué cree que es importante que la comunidad entienda sobre el cáncer y sus tratamientos hoy en día?

Lo primero, antes incluso del diagnóstico, es tomar conciencia. Más allá de que en mi caso sea cáncer de mama, hablo del cáncer en general. Hoy existen herramientas para prevenir que el diagnóstico sea lapidario, y pueden marcar la diferencia entre vivir o morir. Eso es lo que la gente debe saber: hay exámenes preventivos para distintos tipos de cáncer que pueden cambiar el futuro de una persona.

Además, he confirmado que la experiencia del paciente durante el proceso oncológico es muy importante. Los pacientes deben sentirse acompañados y también deben exigir. Las falencias del sistema de salud no son responsabilidad del usuario, como red de salud, debemos hacernos cargo.

El paciente ya enfrenta una situación de mucha incertidumbre, miedo y desconocimiento. El sistema debería, por sí solo, entregar las herramientas necesarias para que cualquier paciente pueda transitar este proceso acompañado, con empatía y con información oportuna.

Todo eso ayuda a disminuir la incertidumbre, que siempre está presente, incluso cuando uno tiene un tratamiento curativo.

Sabemos que enfrentar un diagnóstico así implica desafíos médicos, emocionales y sociales. ¿Qué apoyos han sido fundamentales para usted en esta etapa?

He recibido muestras de cariño de muchos lugares, incluso inesperados. Aprovecho de agradecer a todas las personas que me han enviado mensajes de apoyo y preocupación. Mi familia ha sido fundamental. Mis hijos, aunque pequeños, han estado a la altura.

Lo más importante en este proceso ha sido la salud mental: mantenerse fuerte y optimista, aunque no es fácil. Es una montaña rusa de emociones, sobre todo al principio, con tanta incertidumbre.

En el ámbito laboral también he recibido mucho apoyo. Desde el primer momento comuniqué mi diagnóstico al Ministerio de Salud y me he sentido muy acompañada en cada etapa. Han sido muy empáticos y comprendieron bien la situación.

También a nivel local, he recibido el apoyo del Delegado, Gobernador y otras autoridades, así como también de las y los funcionarios en la SEREMI, lo que ha sido clave. Amo mi trabajo y fue un golpe duro tener que ausentarme, pero los equipos han mantenido el compromiso con el propósito de la institución y ha dado continuidad a las tareas con mucho profesionalismo.

Muchas personas aún asocian el cáncer con un pronóstico fatal. ¿Qué mensaje le gustaría entregar a quienes hoy están recibiendo un diagnóstico o acompañando a alguien que enfrenta esta enfermedad?

Dentro de todas mis reflexiones en este tiempo, hay dos cosas que rescato. La primera es la importancia de llegar a tiempo. Eso solo se logra con prevención y chequeos periódicos. Quiero insistirle a la comunidad, tanto a mujeres como hombres, que podemos cambiar la historia de fatalidad que muchas veces se asocia al cáncer.

La segunda es un mensaje no solo para quienes enfrentamos esta enfermedad, sino para toda la sociedad: hay que dejar de estigmatizar a las personas con cáncer. El cáncer no siempre es sinónimo de muerte. Muchas veces es recuperable. Yo misma, que me someteré a radioterapia, quimioterapia y hormonoterapia, tengo un tratamiento curativo.

Quienes enfrentamos el cáncer podemos volver a hacer deporte, salir, trabajar. No hemos muerto, aunque a veces la sociedad nos da por muertos. Creo que ese estigma surge del desconocimiento y del miedo, porque es cierto que las tasas de mortalidad en nuestro país son altas y el cáncer es una de las principales causas de muerte. Pero también es cierto que muchos casos son recuperables y la historia puede cambiar.

Empresa Periodística La Discusión © 2025. Derechos Reservados