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“Gracias a Dios que el proyectil impactó en el celular de mi hija Bárbara que quedó reventado. Al lado de mi hija estaba mi nieta. Esto evitó una tragedia mayor que hubiese sido lamentable y con secuelas para toda la vida”.
El testimonio pertenece a Hugo Figueroa Villablanca, hincha de Ñublense y ex presidente de ANFA Chillán, quien presentó una denuncia a Carabineros y una solicitud de aplicación de Ley de Transparencia, en la Delegación Presidencial de Ñuble, para tener acceso a los criterios de autorización de hinchas y fiscalización de protocolos de cumplimiento de la Ley 19.327, en el partido Ñublense vs Universidad de Chile, disputado este domingo 3 de noviembre.
Esto luego que su hija recibiera el impacto de un proyectil lanzado por barristas de la Universidad de Chile, ubicados en la galería sur del estadio Nelson Oyarzún, justo cuando salieron al campo de juego los planteles de Ñublense y la “U”.
En ese momento, la barra azul lanzó fuegos artificiales, bombas de ruido y bengalas, elementos que están prohibidos en los estadios del fútbol chileno, específicamente en el reglamento de Ley 19.327 de Estadio Seguro, el cual regula la realización de los espectáculos de fútbol profesional.
“La denuncia la hicimos en Carabineros y ahora estamos preparando una denuncia formal en Tribunales. Me parece que el control de las autoridades encargadas fue nefasto y se incumplió la Ley 19.327. Mi hija estaba grabando la salida del equipo de Ñublense cuando llegó el proyectil desde el sector de al frente. En la transmisión televisiva se siente el zumbido del proyectil y tenemos el video. Presentamos la denuncia y constatamos daños y lesiones. Esto generó un gran susto, hay un daño psicológico y ya no dan ganas de volver al estadio”, relata Hugo Figueroa, quien tuvo que contener a su hija y nieta.
No fue el único incidente registrado durante el partido entre diablos rojos y azules. También ingresaron “a la fuerza” al estadio, sin tickets y vulnerando el sistema de seguridad, hinchas de Universidad de Chile, quienes treparon hasta la parte alta de la galería sur en una temeraria acción.
Vecinos de las villas aledañas al estadio Nelson Oyarzún denunciaron rayados en las panderetas o muros de sus casas y consumo de alcohol y drogas.