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INIA Quilamapu publicó un libro que identifica los lugares óptimos en la región para el establecimiento de 45 especies y 182 variedades, entre frutales, hortalizas, cereales y cultivos industriales, considerando el aumento de las temperaturas que se proyecta para los próximos años.
“La información contenida en esta publicación es muy significativa, en especial si consideramos que Ñuble es una región netamente agrícola y que las proyecciones indican que la fruticultura debería incrementarse considerablemente”, resaltó el director de INIA Quilamapu, Javier Chilian, tras la presentación del libro “Aptitud térmica de cultivos para la Región de Ñuble”, editado por los investigadores Marcelino Claret y Jorge Retamal.
El directivo señaló que este libro busca entregar información precisa, destinada especialmente a los productores, para orientarlos con datos concretos, en la toma de decisiones respecto de qué cultivo establecer y en qué lugar de la región.
Chilian indicó que esta publicación contiene gran parte de la información generada en un proyecto de investigación que financió el Gobierno Regional de Ñuble y que ahora, con recursos aportados por el Ministerio de Ciencias, fue posible editar y obtener una versión impresa y otra digital descargable (gratis).
IA e información satelital
El editor general del libro, Marcelino Claret, destacó que está enfocado en los agricultores para orientarlos en el establecimiento de sus cultivos, considerando las temperaturas venideras y lo que “puede soportar cada cultivo”. Agregó que “con ayuda de inteligencia artificial se pudo obtener todo el régimen térmico del territorio, lo que permitió conocer cuáles eran los sectores más cálidos y más fríos, las temperaturas mínimas y máximas históricas, las temperaturas medias, en muchos sectores agrícolas de la Región”.
Añadió que también se buscaron antecedentes históricos con los requerimientos térmicos “de la mayor cantidad de especies y variedades que pudiéramos encontrar”, lo que se logró tras revisión de tesis y papers en distintas instituciones. Ello permitió obtener información de 355 variedades y 45 especies vegetales, “aunque en el libro se pudieron reflejar las 45 especies, pero solamente 182 variedades, porque al resto le faltaba un componente térmico”, recalcó.
Claret mencionó que para conocer el estatus térmico de Ñuble (cuánto frío y calor se registra en distintos sectores), se recurrió a la información diaria proporcionada por los satélites Aqua y Terra, de la NASA. Agregó que se obtuvieron más de 16 mil imágenes, lo que dio origen “a una base de más de 192 millones de puntos térmicos de Ñuble, a razón de dos puntos de temperatura diario por kilómetro cuadrado por 20 años”, enfatizando que no hay otra región que tenga una base igual.
El seremi de Agricultura, Antonio Arriagada, sostuvo que la información contenida constituye “una tremenda herramienta que recomendamos utilizar, porque nos permite proyectarnos en el largo plazo”.
Asimismo, Héctor Basualto, representante del GORE, dijo que el libro “permite planificar de mejor forma el desarrollo agropecuario de Ñuble y mejorar los rendimientos de los cultivos”