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La producción total de vinos en la región de Ñuble alcanzó los 10.647.390 litros en 2024, según el Informe de Producción de Vinos 2024 elaborado por el Servicio Agrícola y Ganadero, SAG, lo que representa una disminución de 20,1% en comparación con los 13.335.017 litros de 2023.
Asimismo, a nivel nacional la producción alcanzó los 930.653.773 litros (excluyendo el vino para pisco), lo que representa una disminución del 15,6% en comparación con los 1.103.031.478 litros producidos en 2023, confirmando así una tendencia a la baja en la producción de vinos en el país y en la región.
Esta caída se atribuye principalmente a una reducción en la superficie plantada y al sobre stock acumulado hasta el 31 de diciembre de 2023, indicó el SAG.
El director nacional del SAG, José Guajardo Reyes, destacó que “este informe es elaborado por nuestro Servicio con la información proporcionada directamente por los productores, quienes realizaron sus declaraciones juradas de producción de manera electrónica a través del sistema en línea disponible en el portal institucional, el cual estuvo habilitado hasta el 22 de julio de este año”.
Los vinos con denominación de origen totalizaron 2.496.899 litros en Ñuble en 2024, anotando una disminución de 7,8% respecto a los 2.706.854 litros de 2023. La baja está en línea con la contracción de 12,9% a nivel nacional.
En cuanto a los vinos sin denominación de origen, estos disminuyeron un 22,3% en la región, pasando de 10.254.064 litros en la vendimia 2023, a 8.150.501 litros en las declaraciones de 2024. A nivel nacional, la baja fue de 22,3%.
A estas cifras se deben agregar los vinos elaborados con uva de mesa, que se producen entre las regiones de Valparaíso y Maule, que sumaron 9.723.845 litros, lo que representó una reducción de 66,5% respecto a 2023.
Guajardo explicó que “las mayores producciones de vinos se localizan en las regiones del Maule, O’Higgins y Metropolitana respectivamente, alcanzando el 93,4 % del total, concentrando en el Maule aproximadamente el 50% de la totalidad de vino producido en el país”.
Menor producción
Osvaldo Alcayaga Benavente, director del SAG de Ñuble, reconoció que, “efectivamente, se observa una baja sostenida en la producción de vinos a nivel nacional, donde Ñuble no es la excepción, presentando caídas en la producción, la cual obedece a múltiples factores, principalmente ligados al mercado, clima y efectos de plagas y enfermedades”. En esa línea, comentó que, por ejemplo, se registra una baja del consumo per cápita de vinos a nivel global y nacional.
Por su parte, Antonio Arriagada Vallejos, seremi de Agricultura en Ñuble, explicó que “la baja producción de vino tiene varias explicaciones, pero, en general, se pueden resumir en algunos factores: una disminución en la superficie plantada, los efectos de situaciones climáticas, como los incendios, las inundaciones y la ocurrencia de heladas tardías. Además, las condiciones de mercado, donde el sobre stock al 31 de diciembre de 2023 llevó a la baja la cosecha de uva debido a una mayor oferta de vino”.
Tendencia
Si se comparan los volúmenes de 2024 con los registrados en 2022, la variación es mucho mayor, observándose una caída de 50,5% en comparación con los 21.513.154 litros de 2022.
En opinión del seremi, esto se debe “fundamentalmente, a condiciones del mercado del vino, con sobre stock internacional de vino que genera una baja expectativa de precios, lo que hace que los productores hagan una menor inversión, con baja en la aplicación del paquete tecnológico y solo mantención de las viñas, con la consiguiente disminución en la producción”.
Denominación de origen
Consultado por el mayor volumen de vino sin denominación de origen (DO) en la región, Osvaldo Alcayaga sostuvo que “éste es un trámite opcional, para el cual los viñateros, a través de una empresa certificadora autorizada por el SAG, deben certificar el origen y la variedad de sus uvas, lo que permite finalmente certificar el vino; así, el consumidor tiene garantías de que está comprando un producto que corresponde a lo señalado en la etiqueta de su envase, es decir, que es un producto tiene un origen de la uva conocido. Esta característica no es reconocida por todos los segmentos de mercado, y dado que también hay un costo asociado, no siempre el productor está dispuesto a realizar dicho trámite”.
De igual manera, Antonio Arriagada explicó que, la producción de vinos de la región es mayoritariamente de cepas más tradicionales (País y Moscatel), donde no se abordan vinos diferenciados por DO. Este volumen de vino está dirigido a venderse como vino a granel, para ello, el mercado no pide que esos vinos sean con DO. Paulatinamente, ha comenzado a crecer el vino más diferenciado que se comercializa embotellado, en donde se aprecian vinos del Valle del Itata con DO, como es el caso del Cinsault”.