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Solo una oferta técnica, correspondiente a la empresa BAC Ingeniería, se presentó en la licitación de la obra ampliación de la línea de transmisión eléctrica 1×66 kV Charrúa-Chillán -propiedad de CGE-, obra clave para robustecer la capacidad de la red en la zona sur de la región, de hecho, es la sexta vez que se licita, luego que, en marzo del presente año, el quinto proceso se declaró desierto por falta de oferentes.
Por otro lado, en la licitación de la obra de ampliación de la línea 1×66 kV Monterrico-Cocharcas -propiedad de CGE-, que permitirá robustecer la red en la zona norte de la región, no se presentó ninguna oferta.
Así lo informó el coordinador Eléctrico Nacional (operador del Sistema Eléctrico Nacional), que el 11 de septiembre realizó la apertura de ofertas administrativas y técnicas de la licitación pública internacional para 43 obras de ampliación de la transmisión en el país, iniciada en marzo pasado, y que considera la relicitación vía Artículo 157 del Reglamento de los Sistemas de Transmisión y de la Planificación de la Transmisión, que busca dar continuidad obras con término anticipado de contrato.
Es el caso de la ampliación de Monterrico-Cocharcas, por US$ 892.658; y de la ampliación de Charrúa-Chillán, por US$ 6.393.909; montos referenciales que datan de las primeras licitaciones, correspondientes a los decretos de 2018 y 2019, por lo que varios actores del mercado han advertido que se deben actualizar debido al aumento de los costos en los últimos cinco años.
Ahora se da inicio al proceso de evaluación a las ofertas presentadas y el próximo paso será la apertura de las ofertas económicas, programada para el 14 de noviembre de 2024, y la publicación del Acta de Adjudicación de las Obras el 22 de noviembre.Obras urgentes
Se trata de proyectos que ya debieron estar ejecutados y en operación, y por lo tanto, son urgentes para la región, cuya infraestructura de transmisión ya fue superada por el crecimiento de la demanda en varios sectores, lo que ha obligado a establecer algunas restricciones y a negar la factibilidad de conexión a más de 400 solicitudes, principalmente proyectos agrícolas, agroindustriales y habitacionales, según reveló la distribuidora Copelec.
En el caso de Charrúa-Chillán, su ampliación triplicará su capacidad (desde 27 a 90 MVA de potencia), lo que permitirá descongestionar la red eléctrica en la zona sur de Ñuble, aunque, en el caso de adjudicarse en noviembre, su ejecución podría extenderse por cerca de tres años.
A nivel local hay escepticismo respecto al éxito de la licitación, ya que, en 2022, la empresa que se había adjudicado el proyecto, abandonó la obra precisamente por el alza de los costos.
En medio de la crisis, la expectativa está puesta en el proyecto de ley de Transición Energética, que ingresó al Congreso en julio de 2023, y que hace un mes fue aprobado por el Senado y pasó a segundo trámite en la Cámara, donde el Ejecutivo le puso suma urgencia, por lo que se espera despachar en octubre.
En mayo durante su discusión en el Senado, se aprobó la incorporación de un artículo transitorio que permitirá, durante cinco años, considerar un monto adicional de 5% – sobre el 10% considerado para el resto del país – para ejecutar obras de transmisión necesarias y urgentes para Ñuble.
Copelec
Iván Fuentealba, gerente de regulación y mercado de Copelec, planteó que, “en el caso de Charrúa-Chillán, si la empresa interesada avanza en el proceso – así lo esperamos -, conoceremos el valor que el mercado le está asignando a dicha obra, discusión que ha sido considerada como un freno para la ejecución de esta obra tan relevante para Ñuble. En ese sentido, rescatando un punto positivo, vemos un avance al superar la barrera de la señal de precio, aun cuando quisiéramos -por el sentido de urgencia- que esta situación hubiese sido zanjada en los procesos de licitación anteriores”.
Consultado por el fracaso de la licitación de Monterrico-Cocharcas, el profesional explicó que, “una señal puede ser que se trata de consideraciones técnicas que dificultan la ejecución de la obra, sin embargo, al igual que la línea Charrúa – Chillán, esperábamos una oferta para sincerar el valor por el cual la obra sería construida. Asimismo, lamentamos que no existan ofertas, más aún cuando la zona norte de Ñuble requiere de obras que aseguren el suministro de energía y garanticen, entre otras cosas, que las viviendas sociales cuenten con factibilidad de conexión y no pongan en riesgo la meta de construcción de viviendas que el propio gobierno ha trazado”. Ello, en alusión a los cuatro proyectos inmobiliarios en San Carlos a los que Copelec debió rechazar en un comienzo la factibilidad de conexión.
Fuentealba sentenció que, “en noviembre conoceremos, por una parte, si la empresa interesada cumple las condiciones administrativas y técnicas de la licitación para avanzar en el proceso, y con esto – mediante la apertura de la oferta económica – el valor que se le está asignando a la obra para su ejecución. Por cierto, de no cumplirse las condiciones administrativas y técnicas, el oferente puede quedar fuera por bases y con esto la obra quedaría nuevamente desierta, agudizando la sensación de impotencia y frustración -principalmente para representantes empresariales y gremios- ya que, existiendo soluciones a la vista para enfrentar la situación de Ñuble, el problema continúa sin resolución”.