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La historia de Corneta Olivares vive a 93 años de su fallecimiento

Zig Zag

Hoy se cumplen 93 años del fallecimiento del corneta Juan de Dios Olivares Jiménez, el soldado conscripto que murió en el Combate de Talcahuano el 5 de septiembre de 1931, cuando su comandante le ordenó tocar el cese al fuego y una ráfaga de ametralladora lo alcanzó quitándole la vida. En este día, el Regimiento Nº 9 “Chillán” efectuará una romería en memoria del soldado, “honrando su sacrificio por la patria y poniendo en valor el compromiso de quienes han ofrecido sus vidas en servicio de la nación”, tal como lo explicó el capitán César Rodríguez Muñoz, quien durante los últimos años ha estado reconstruyendo la historia de los héroes de Ñuble.

“En Chillán, existe una calle llamada Juan de Dios Olivares. En el inconsciente de los chillanejos, se barajan varias teorías respecto de quién fue este personaje. Algunos piensan que se trató del corneta de la Esmeralda y otros que se trató de un soldado de la Guerra del Pacífico, sin embargo lo correcto es que fue un soldado oriundo de Bulnes, perteneciente al entonces Regimiento de infantería Nº 9 O’Higgins (actual Regimiento Chillán) y que se reclutó como conscripto el 1 de mayo de 1931”, agrega según datos encontrados en algunas publicaciones como “El soldado Conscripto Cabo 2º Corneta Juan de Dios Olivares, Desentrañando su historia”, de Mercedes Olivares.

El capitán explica que la sublevación de la marinería o de la escuadra, producida entre el 31 agosto y el 7 de septiembre de 1931, fue un levantamiento de una facción de la marina, en respuesta a una fuerte reducción de los sueldos que se aplicó como medida para contener la gran crisis social y económica que atravesaba el país. “El gobierno del presidente Manuel Trucco, empleó unidades del Ejército y la Fuerza Aérea hacia Coquimbo, Valparaíso y Talcahuano. A este último, se movilizaron las siguientes unidades militares: Chacabuco, Húsares, Guías, Silva Renard y O’Higgins (actual Chillán). El 5 de septiembre después de dos días de combate y ante la inminente rendición de la marinería y los obreros sublevados, el comandante Daniel Herrera le ordenó al soldado Olivares tocar el cese al fuego, instante en que fue abatido por una ametralladora que le quitó la vida a los 21 años”, recuerda.

Juan de Dios Olivares regresó a la ciudad tres días más tarde y el Diario La Discusión le dedicó una nota de prensa. “Hondo sentimiento patriótico demostró el pueblo de Chillán al recibir los restos del corneta Juan de Dios Olivares, del Regimiento O’Higgins”; a la hora de la llegada del tren, tanto los andenes como la plazoleta y calles adyacentes de la estación se encontraban materialmente invadidas por un público que sumaba más de 15.000 personas. Fue velado en la catedral y sepultado en el cementerio municipal, recibiendo profundas muestras de respeto y admiración”, escribió el principal matutino regional.

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