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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reavivado la controversia en torno a la falta de transparencia de las autoridades chinas sobre el origen del virus que provocó la pandemia de COVID-19. En su rueda de prensa semanal, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que sin la colaboración de China, el inicio de la crisis sanitaria mundial seguirá siendo un misterio.
“A menos que China comparta sus datos, los orígenes del COVID-19 continuarán siendo totalmente desconocidos”, subrayó Tedros, haciendo hincapié en la necesidad de información detallada sobre los primeros casos registrados en el mercado de Huanan y sobre las investigaciones realizadas en los laboratorios de Wuhan.
El jefe de la OMS insistió en que la cooperación china es “absolutamente crítica” para aclarar los orígenes de la pandemia. “Mientras no haya datos completos, todas las hipótesis están en el aire”, afirmó, refiriéndose a las múltiples teorías que han surgido desde el inicio de la pandemia.
Una de las hipótesis más controvertidas que se barajó durante la pandemia fue la posibilidad de que el coronavirus hubiera escapado de un laboratorio de bioseguridad en China. Aunque los expertos de la OMS que visitaron el país para investigar los orígenes del virus consideraron que esta teoría era la menos probable, no la descartaron por completo.
La controversia sobre los orígenes del virus ha sido un punto de fricción constante entre China y países como Estados Unidos, que ha instado a la OMS a investigar prioritariamente la posibilidad del escape del patógeno de un laboratorio. Esta sugerencia ha provocado indignación en el gobierno chino, que ha rechazado vehementemente estas acusaciones.