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En la región de Ñuble se mantienen como vigentes 94 denuncias por presuntas desgracias que fueron registradas en cuarteles policiales. Algunas datan de más de 20 años y pese a que las diligencias de investigación y búsqueda no han tenido resultados positivos, estas no han sido cerradas, convirtiéndose en causas históricas.
El caso más antiguo que se registra en Carabineros, data del 1 de marzo del 2003, en la Tercera Comisaría Bulnes. Se trata de un hombre, quien al momento del ingreso de la presunta desgracia tenía 32 años y hoy tendría 53. En aquella oportunidad la persona, de quien se mantenía un diagnóstico de problemas de salud mental, salió desde su domicilio en dirección al sector céntrico de la comuna, tras lo cual se perdió su contacto. A pesar de los años transcurridos, el caso sigue abierto. Esta denuncia, como la mayoría que tiene larga data, es una investigación con reserva en la información.
Algunas de las razones por la que estos casos se mantienen vigentes son que no se haya encontrado a la persona desparecida; la persona apareció por sus propios medios y no se ha acercado personalmente o su denunciante a la unidad policial a quitar la denuncia por presunta desgracia o porque en la tramitación administrativa (en caso de investigaciones del Ministerio Público) se ha demorado el ingreso del hallazgo.
“En el caso de hallar a la persona desaparecida en las diligencias de búsqueda, o bien, porque el denunciado volvió a su hogar por sus propios medios, Carabineros valida el hallazgo para el respaldo legal y dejar sin efecto la denuncia por presunta desgracia”, explicó el prefecto de Servicio de Carabineros Ñuble, teniente coronel José Luis Villegas.
“Mientras la persona desaparecida no sea hallada, o no se informe su hallazgo, la denuncia permanece como vigente en los sistemas policiales institucionales que registran estos casos. En consonancia a lo indicado en la Ley 21.500 respecto a Personas Desaparecidas”, agregó.
Carabineros hizo un llamado a las personas que fueron denunciadas como desaparecidas, y que volvieron por sus medios, o a las familias que ingresaron la denuncia y que luego encuentran al extraviado, que “se acerquen a la unidad policial a informar el hallazgo, ya que sin esa vital información el caso se mantiene vigente en los registros y con diligencias pendientes”.
Casos comunes
Del total de las 94 presuntas desgracias activas en la región, 40 se han ingresado este año en las unidades y destacamentos de Carabineros. Según las cifras, la mayor cantidad de denuncias se concentra en Chillán, con 33 casos, de los cuales 25 se reportaron este año.
Estos casos involucran principalmente a niños/as y adolescentes de hogares y residencias de menores que salen y no regresan, por lo tanto, estas instituciones, como parte de sus protocolos deben reportar la denuncia por presunta desgracia. También son frecuentes situaciones de menores de edad que discuten con sus padres o familiares y abandonan sus casas.
En la mayoría de estas situaciones el niño/a o adolescente reportado como desaparecido vuelve por su cuenta hasta su residencia u hogar. Carabineros se asegura de hacer contacto con la persona hallada (que vuelve sola al hogar) y comprobar que corresponda su identidad.
“Principalmente se trata de niños, niñas y adolescentes de residencias, que salen del hogar y vuelven por sus propios medios; en contexto de aquello, estas instituciones hacen las denuncias por presunta desgracia. Con esta información se descarta que existan bandas, secuestros o delitos violentos relacionados con estos hechos”, resaltó el teniente coronel Villegas.
Oficinas en la región
En Ñuble, Carabineros tiene seis oficinas de Presunta Desgracia, una en cada comisaría, desde donde se inician las investigaciones tras registrar la denuncia por el extravío de una persona, en ocasiones incluso estas diligencias traspasan las fronteras y se ha puesto en contacto a familias con personas perdidas que fueron halladas en otros países.
“Allí hay un equipo encargado y con vasta trayectoria en esta área, y que de forma permanente están trabajando con diversas instituciones, servicios y organismos para compartir y corroborar información, ejecutar acciones conjuntas y solucionar la denuncia por presenta desgracia. Este equipo, altamente capacitado en esta área de trabajo, brinda la primera atención a los denunciantes y recepciona la información preliminar sobre el extravío de la persona, para coordinar de forma inmediata los medios y equipos para iniciar la búsqueda”, destacó el prefecto de Servicio.
Al mismo tiempo, la Oficina de Presunta Desgracia trabaja de forma directa con la Fiscalía, que determinará las diligencias especializadas de investigación, que pueden ser asignadas a las Unidades Especializadas de Carabineros, como el SEBV, o la Policía de Investigaciones.
En estas oficinas también se da la contención necesaria a la familia denunciante y se le informa de manera permanente las acciones que se ejecutan para hallar a la persona perdida. “También estos equipos policiales entregan contención y orientación a las familias o a los denunciantes en un momento de angustia y dolor. A ellos, se les mantiene informados sobre las diligencias y acciones policiales en contexto de la búsqueda”, añadió.
Sin rastro
Una de las denuncias de presunta desgracia reportadas este año y que aún está sin resolver es el de la sancarlina María José Ramírez Muñoz, de 33 años, quien tiene casi cuatro meses desaparecida. Se le perdió el rastro el pasado 23 de marzo cuando fue vista por última vez en un paradero cercano a su casa, en el sector Llahuimavida, en la comuna de San Carlos.
El último registro que se tiene de la trabajadora social y madre de dos hijos fue captado por una cámara de seguridad, en el cual se la ve abordando una camioneta en dirección a la Variante San Agustín.
La Policía de Investigaciones está a cargo de las diligencias instruidas por el Ministerio Público. Desde la desaparición de María José se han realizado rastreos masivos que abarcaron cerca de 80 hectáreas y participaron más de un centenar de detectives, personal de seguridad ciudadana y drones. La búsqueda se extendió por zonas de esteros, riberas y tranques definidas como áreas de interés para la investigación, sin embargo, a la fecha no hay indicios de qué le sucedió o de dónde pueda estar.
La fiscal Tamara Cuello, fiscal jefe de San Carlos, dijo recientemente a La Discusión que “la Fiscalía de San Carlos, junto a la Policía de Investigaciones, se encuentra aun desarrollando la investigación referida a la desaparición de doña María José Ramírez Muñoz, para lo cual se han desplegado una serie de diligencias requiriendo a la presencia de distintos grupos investigativos de la Policía de Investigaciones”.
Los familiares de María José expresaron su descontento por la desinformación que existe sobre el caso, pues acusaron que la PDI ni la fiscalía los ha mantenido al tanto sobre las indagaciones para determinar qué ocurrió y dar con su paradero.
“La fiscal casi nada se ha comunicado conmigo, hay que sacar horas para hablar con ella. Ni ella ni la PDI no me informaron nada, siempre fue una pérdida de tiempo, simplemente me decían que estaban trabajando en el caso, que se trataba de una investigación secreta y siempre fue así. No hubo ninguna comunicación o algo que me animara que ellos estaban haciendo algo por mi hija”, lamentó José Ramírez, padre de la desaparecida.
“Siempre dicen que mejor trabajan privadamente porque los demás los interrumpen, nos decían que no diéramos entrevistas y nos mantuviéramos al margen de los periodistas, siempre fue así desde un principio, según ellos, para evitar que se confundieran las cosas”, agregó.
La última novedad que tuvo del caso fue que se ordenó investigar nuevamente a los familiares y cercanos de María José. “No sabemos si ha habido avances, es todo hermético, no quieren dar información, pero cuando ellos hacen diligencias grandes para demostrar que están haciendo algo, claro que llaman a los periodistas”, subrayó.
José destacó que fue autorizado por los dueños de fundos, parcelas y canales del sector de la Variante San Agustín para revisar si en esos terrenos había algún indicio de su hija.
Indicó que al presentar la denuncia por presunta desgracia, las labores de búsqueda no se realizaron de inmediato, sabiendo que las primeras horas y días tras la desaparición eran cruciales para recopilar información de interés.
“No hicieron nada las primeras semanas que se perdió mi hija, tuvieron todo a la mano para revisar cámaras, para hacer todo, pero no salieron de ahí. Mi hija se ve que se subió a un vehículo, a una camioneta, todas esas cámaras las podían revisar, me dijeron que las habían revisado, pero nada se sabe, ha sido una pérdida de tiempo”, dijo.
Como familia han vivido meses de angustia, pero quienes han vivido el dolor por la ausencia de María José han sido sus dos hijos. “Aparte de los papás, los nietos son quienes lo pasan más mal, porque son los regalones de su mamá. Yo como su papá estaba un poco alejado, porque cada uno sigue su vida aparte, uno ya se acostumbra a veces a que ella puede estar en otro lado, pero sus hijos son quienes la sufren día a día”, señaló.
José recordó a María José como una persona cercana, con muchas amistades, servicial y buena profesional. “Mi hija era bien allegada con las personas, tenía hartos amigos, le gustaba participar con las amigas, siempre estaba atenta a los problemas de los demás, entonces era una persona que hacía bien su trabajo, siempre fue así en su trabajo y en la vida real también”.