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Conforme a lo observado por las entidades de monitoreo de la Seremi de Obras Públicas, entre los días jueves y viernes de esta semana, se registró un flujo de 24 centímetros cúbicos de agua por segundo, en el principal colector de agua de la capital regional de Ñuble: el canal de La Luz.
Flujo, considerado como “rápido”, y que fue uno más de los indicadores de la intensidad de las precipitaciones caídas en este segundo evento, con el que se completaron 15 días de lluvias en la región.
Es así, que en los momentos en que los mismos funcionarios de las unidades municipales de emergencia, constataban un colapso en la capacidad de drenaje de agua en los suelos rurales de Chillán -con la consecuente dificultad para evitar aislamientos y anegamientos- desde la Dirección Nacional de Meteorología, se pronosticaba un cese en las precipitaciones por a lo menos cuatro días, a partir del domingo 23 de junio.
En las pasadas 24 horas cayeron 34 milímetros de agua en Ñuble, lo que despertó especial interés en lo que podría pasar con el río Lonquén, en la comuna de Trehuaco, considerando que en estas dos semanas ha pasado de manera intermitente de las alertas azules y amarillas, a las rojas, siendo esta última condición la que se mantiene.
Cristian Matus, director (s) de Senapred Ñuble, explicó que “se mantiene un monitoreo constante del río Lonquén, que se mantiene en alerta roja, que está asociada al riesgo de crecidas vinculadas a las comunas de Trehuaco, Ninhue, Portezuelo y San Nicolás, con motivo de la información proporcionada por la Dirección General de Aguas, de nuestra región”
Matus realizó, además, un balance general de la situación regional, explicando que “se mantiene la condición de alerta amarilla regional por evento meteorológico, lo que es una condición que viene de arrastre por los sucesivos sistemas frontales que hemos tenido”.
Las cifras del Senapred apuntan a un total de 28.993 personas afectadas (en mayor o menor medida) en la zona. De ellas, 719 se encuentran en condición de damnificados, principalmente en San Fabián (174), San Carlos (142), Quillón (88), Cobquecura (62) y Chillán Viejo (57).
184 personas están en condición de aisladas por las crecidas de caudales, daños en puentes, o socavones.
El catastro de daños a viviendas, cifra en 732 las estructuras con afectaciones en diversos grados.
554 presentan daños leves, 165 fueron declaradas inhabitables debido a la gravedad de afectaciones, mientras que 13 presentaron destrucción total.
Otras 43 casas aún no han podido ser evaluadas debido a que se encuentran aisladas.
714 de las personas damnificadas ya fueron reubicadas en casas de familiares, mientras que 5 se encuentran en condición de albergados. Todos en la comuna de Quillón.
Hasta las 18:00 horas de ayer, la cantidad de casas sin suministro eléctrico era de 5.304, de ellos 2.159 son de Coelemu; 842 de Trehuaco, 746 de Chillán Viejo, 471 de Quillón, 379 de Ránquil, 191 de San Nicolás, 188 de El Carmen, 104 de San Ignacio, 96 de San Carlos, 57 de Chillán, 27 de Portezuelo, 17 de Coihueco, 13 de Yungay, 7 de Pinto, 4 de Ñiquén, mientras que se registraba un domicilio sin energía eléctrica en las comunas de Bulnes, San Fabián y Pemuco.
Situación en la capital regional
Como ha sido la constante en estas semanas, el sistema frontal ha generado sólo algunos colapsos en calles y esquinas dentro del radio urbano de Chillán, situación que es subsanada generalmente dentro del mismo día.
Sin embargo, y como lo reconoce el alcalde, Camilo Benavente, las situaciones más complejas se registran en los sectores rurales de la comuna.
“Uno de ellos es en el sector de Santa Raquel, en Cato. Ahí hay un canal que inunda a un sector poblado, por lo que se enviaron retroexcavadoras y motoniveladoras, además de la entrega de sacos de arena”, comentó.
El alcalde hizo énfasis a que muchas de las casas afectadas son viviendas que se han instalado de manera espontánea en loteos irregulares.