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Ad portas del reinicio de la actividad legislativa, la ministra del Interior, Carolina Tohá (PPD), afirmó en Cooperativa que este año es clave para el futuro de las reformas estructurales que impulsa el Gobierno, principalmente la tributaria y la de pensiones, y advirtió que el desenlace será una “prueba de fuego” para la clase política.
“Puede parecer muy complejo, pero al final del día no lo es tanto. Cuando uno quiere que algo resulte, tiene que ceder, es así de simple (…) No voy a perder la esperanza de que todos cedamos y construyamos una solución”, manifestó la jefa de gabinete, relevando que el Ejecutivo ya lo ha hecho en el debate previsional.
En ese contexto, expuso que “como Gobierno ahora tenemos un momento fundamental, porque este año es el año en que tenemos que darle un desenlace a este tema de las pensiones y de la reforma tributaria o del pacto fiscal a estas alturas”, enfatizando que “esta oportunidad para nosotros es una prueba de fuego, pero también para la oposición”, que ya “fue Gobierno en dos oportunidades y pagó también duramente la falta de acuerdos que existe en la política chilena”.
“El día de mañana vamos a volver a gobernar nosotros, o quizás va a gobernar la actual oposición, (pero) si no salimos de esta traba en que estamos, cada vez gobernar se vuelve más difícil y cada vez la irritación de la gente va creciendo más”, remarcó.
En la misma línea, planteó que el hecho de que los dos gobiernos anteriores tuvieran que generar déficit “para ir a atender las necesidades de la población”, que la actual administración ha sido reduciendo, tuvo como “consecuencia que muchas materias están esperando: por ejemplo, la reforma de pensiones, la reforma de planta de la PDI, también un salto más grande en fortalecer la salud pública, en crear un sistema de cuidados para que las personas que dependen de otro”.
Relevando la necesidad de que todas las fuerzas muestren disposición, alertó que “el segundo problema es que no solo estos problemas no se resuelven mientras no se cede, sino que la ciudadanía se va irritando y desencantando con la política, y cuando hay desencanto en democracia con la política, se recurre después a caudillismos, al autoritarismo, a soluciones populistas, que son muy malas para los países.