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El líder opositor ruso, Alexéi Navalni, murió este viernes de manera repentina en la prisión ártica en la que se encontraba desde diciembre pasado, según informaron los servicios penitenciarios de Rusia.
“Se le practicaron los necesarios procedimientos de reanimación, que no dieron ningún resultado. Los médicos de urgencias constataron la muerte del condenado. Se están estableciendo las causas del fallecimiento”, señala el comunicado oficial sobre el deceso de Navalni, de 47 años.
La fuente explicó que este viernes después de dar un paseo en la penitenciaría IK-3 de la localidad de Jarp (distrito autónomo Yamalo-Nénets) el político opositor “se sintió mal”, tras lo que “perdió el conocimiento”, según señaló la agencia Efe.
De inmediato las reacciones no se hicieron esperar.
La Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos expresó este viernes su consternación y reclamó a Rusia que “termine con la persecución de políticos, defensores de derechos humanos y periodistas”.
“Estamos horrorizados por la noticia”, indicó en un comunicado la portavoz de la oficina Liz Throssell.
La vicepresidenta de EEUU, Kamala Harris, denunció que Rusia es “responsable” de la muerte de Navalni, que a su juicio es otra señal de la “brutalidad” del presidente ruso, Vladímir Putin.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, escribió en la red social X que “la Unión Europea considera al régimen ruso como el único responsable de esta trágica muerte”.