Durante la última década, la zona centro sur ha sufrido una fuerte sequía, lo que ha legado a denominarse como megasequía. Lamentablemente, durante el año pasado se avanzó muy poco en obras públicas para tener seguridad agua y riego, como sería con la construcción de embalses. Además, subieron los costos de producción y se estancaron las inversiones en proyectos agropecuarios, explicado por la coyuntura internacional y fundamentalmente por el la situación económica y política a nivel nacional. Los agricultores sembraron y produjeron a costos altísimos y hoy los precios y retornos están siendo críticos, pues muchos no podrán cubrir sus costos.
Es un deber del Estado tratar de mitigar los impactos que tienen variables externas, ya que la pasividad afecta no sólo a los productores si no que a toda la sociedad.
El sector no puede seguir estancándose por la inacción de algunos poderes del Estado, por lo que se requiere establecer una agenda de trabajo con metas y plazos, donde deberían tener prioridad: la construcción de embalses, la transmisión y disponibilidad de energía; la creación de instrumentos financieros especialmente dispuestos para el sector; la declaración de la actividad agrícola como un sector estratégico e incorporar sus instalaciones y servicios como infraestructura crítica; la transparencia de los mercados; la seguridad y despejar la particularidad que tienen ciertos aspectos laborales del sector.
Es momento evitar seguir entrampados en la coyuntura y avanzar en temas estratégicos, que tengan efectos en el corto plazo.
Carlos González Mufdi Presidente Asociación de Agricultores de Ñubl
