Disconforme con el manejo del proyecto embalse Nueva La Punilla por parte del MOP se manifestó el presidente de la Junta de Vigilancia del Río Ñuble, Fernando Rueda, quien representa a cerca de cinco mil regantes que se verán beneficiados con la megobra que se pretende levantar en San Fabián de Alico.
La licitación, que se inició en noviembre de 2021, ya suma seis prórrogas, la última de ellas anunciada en abril pasado, en la que se pospuso hasta el 20 de diciembre la recepción de las ofertas técnicas de las empresas interesadas en adjudicarse la concesión, lo que, según la ministra de Obras Públicas, Jéssica López, se debió a la anulación de la resolución de calificación ambiental de la línea de transmisión Punilla-San Fabián, una obra complementaria que permitirá evacuar la energía que se genere en la futura central hidroeléctrica asociada al embalse, y que es una pieza clave del modelo de negocio de la concesión.
Dadas las numerosas prórrogas, ¿aún confían en la voluntad del gobierno del presidente Boric de concretar el embalse?
A estas alturas, el avance o la materialización de un proyecto como el Embalse Nueva La Punilla no es un asunto de confianza en un gobierno, preferimos guiarnos por los hechos y menos por las palabras. ¿Por qué lo planteo de esa manera? Porque, por un lado, hemos escuchado en más de una oportunidad de parte de la propia ministra Jéssica López, asegurar que la voluntad del gobierno es avanzar en el embalse; sin embargo, los hechos no muestran esa misma voluntad y ya tenemos a cuestas una nueva prórroga, la quinta en el actual gobierno. Eso, por sí solo, algo te dice. En la última reunión sostenida con la ministra, acá en la región el pasado 4 de abril, nos reiteró el compromiso del gobierno con este proyecto, y más específico aun, comentó que de la cartera de embalses de su ministerio, Nueva la Punilla es el que goza de prioridad en esta administración, por tanto, quisiéramos que esta disposición se tradujera en acciones concretas.
¿Cómo evalúan la comunicación con el MOP?
Es uno de los tantos puntos bajos de cómo se ha llevado el proyecto y nosotros lo hemos planteado en innumerables veces. No es un secreto que no nos gusta cómo se lleva adelante y se lidera el proyecto. Podemos decir con seguridad que, de no ser por nosotros, quienes hemos buscado las instancias para reunirnos, con ministros, subsecretarios y seremis del actual gobierno, la comunicación sería cero. La Junta de Vigilancia ha propiciado el diálogo, siempre en colaboración con los parlamentarios, ya que, de otra forma, habría sido difícil coordinar una comunicación directa con las autoridades. Por otro lado, la autoridad ha evitado sistemáticamente una conversación con los beneficiarios del proyecto, es decir, con los regantes.
¿Qué debiese mejorar en la relación entre el MOP y los regantes?
Creo que, en este punto, usando un término bien coloquial, “la pelota está de lado del MOP”. Si ellos quieren propiciar diálogo, el diálogo va a existir. Los regantes siempre hemos estado dispuestos a conversar y a trabajar, en cada reunión les repetimos que estamos a su disposición, pero bien sabido es que cuando solo existe una parte interesada en concretar la comunicación, la posibilidad de materializar ese diálogo es estéril. Siempre debemos considerar que esta comunicación y trabajo conjunto apuntan a un bien mayor, lograr construir el embalse, la obra de riego más importante para la región de Ñuble, que a nivel local significa una potente alternativa de crecimiento social y económico para los ñublensinos. Siempre hemos transmitido que, para un proyecto de esta envergadura, más aun considerando que Ñuble es la región con la mayor y más urgente necesidad de embalses por construir, el MOP debería disponer de algún funcionario que comunique clara y oportunamente el estado de avance. Descansar en la voluntad y el tiempo de su seremi es un error, ya que no puede darle la prioridad que requiere.
¿Qué expectativas tiene del proceso de licitación en curso respecto al interés de inversionistas?
Las expectativas siguen siendo altas dada la urgencia en concretar una obra que permitirá dar seguridad de riego a cerca de 60 mil hectáreas, además de entregar agua para regar 7.100 nuevas hectáreas, y beneficiar a más de cinco mil agricultores y sus familias. Eso nos hace mantenernos firmes en este propósito. Hasta donde sabemos, el interés de los inversionistas existe y esperamos que se pueda adjudicar lo antes posible y ya sin más dilación.
¿Se justificaba una nueva postergación de la licitación por la anulación de la RCA de la línea Punilla-San Fabián?
Creemos que es algo que debía haberse previsto. Nosotros lo teníamos claro y lo planteamos en más de una oportunidad al MOP, pero no fue considerado. Acá estamos hablando de que hubo falta de visión estratégica, lo que revela, además, una escasa rigurosidad en la manera como creemos se debe conducir un proyecto de estas características.
¿Considera que este período de postergaciones ha permitido incorporar respuestas a las demandas sociales y ambientales planteadas por la comunidad de San Fabián, tal como argumentó el MOP?
No lo sabemos, imaginamos que sí, por el tiempo invertido y esperamos, por el bien de la comunidad de San Fabián y sus alrededores, del proyecto en sí y de los propios regantes, que así sea. Bienvenidas esas soluciones. Nosotros siempre hemos sido claros en plantear que queremos que el embalse se haga, y que se haga de la mejor manera posible. No estamos en contra de las demandas sociales y ambientales de San Fabián, todo lo contrario, queremos lo mejor para esa comunidad. Creemos que el embalse tendrá un impacto positivo en varias dimensiones de la vida humana. Por ello, el espíritu que nos mueve es poder materializar una obra estratégica para Ñuble, que no solo apunte al riego como pilar esencial, sino que a todas las actividades económicas de una región que necesita superar los niveles de pobreza.