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Microbasurales en Chillán: Un reto de educación y conciencia ciudadana

Mauricio Ulloa

Cada mes la Municipalidad de Chillán retira miles de toneladas de desechos desde microbasurales ubicados en distintos puntos de la comuna. Tan solo los días lunes se extraen 30.000 toneladas de basurales establecidos de gran envergadura. Hasta la fecha los que tienen retiro frecuente son 21 y estos se encuentran mayoritariamente en la zona sur-poniente y oriente de la ciudad. “El microbasural más grande actualmente se encuentra ubicado en esta última zona, en la calle los Picunches”, dice Paula Cifuentes, encargada del Departamento de Aseo y Ornato.

Anualmente diagnostican e intervienen 12 microbasurales grandes, medianos y de pequeña envergadura que se encuentran ubicados en bien de uso público en distintos sectores.

Desde el año 2022 existe un plan denominado Transformación de Potenciales Microbasurales que busca erradicarlos y recuperar espacios para que se conviertan en lugares limpios para el buen vivir, la recreación y esparcimiento de la comunidad.

El año en que inició el plan se intervinieron 12 microbasurales, en 2023 fueron 13 y en lo que va de 2024 se ha intervenido un microbasural en la Población El Roble (calle 7 Sur entre 3 Poniente y 4 Poniente) y otro en calle Lastarria con Los Nogales, junto al Jardín Infantil San José. Los próximos a erradicar están en calle Los Huiliches con Los Mapuches y en Islas del Sur/Población Vicente Pérez (calle 3 ½ con 4 Poniente). Además, existe el desafío de este año eliminar el microbasural más grande Chillán, en Los Picunches.

Así como se logra eliminar estos espacios repletos de desechos, como colchones, neumáticos, bolsas de basura, muebles, artefactos eléctricos, escombros, envases y botellas plásticas y de vidrio, entre otros, rápidamente aparece un nuevo basural en otro sector, por tanto, el esfuerzo del municipio y vecinos pareciera ser en vano. Es prescindible que las personas se desprendan de los malos hábitos y sean conscientes sobre su entorno y de cómo la proliferación de este problema afecta la calidad de vida del sector.

“Lo que más nos cuesta hoy en día son las propias conductas de algunos seres humanos, que naturalizan las malas prácticas, donde pocos se sienten responsables del problema y es aquí un factor relevante que cuenta este programa de la vinculación con el medio, el poder de decisión de los vecinos y vecinas. Ellos eligen en conjunto qué proyectar en su espacio, qué pintar en un muro, rescatan su historia de barrio y la plasman, se les otorgan herramientas de empoderamiento y capacitación de cultura limpia, de la mano con la inspección. Hay espacios que se han trasformado y hemos vuelto nuevamente por distintos factores como robo de plantas, árboles, flores, sin embargo, el Departamento se instala en el sector a través del profesional y la comunidad organizada responde muy bien frente a querer denunciar”, destaca Cifuentes.

La encargada del Departamento de Aseo y Ornato de la Municipalidad de Chillán señala que esperan aumentar en la próxima licitación la cantidad de cajas y maquinaria (retroexcavadora) del programa “Operación Cachureos”, que se realiza de lunes a sábado en diferentes puntos de la comuna para recibir todos los cachureos y escombros que hay en los domicilios, y estima favorecerá en disminuir la cantidad de microbasurales.

“No obstante, es preciso afirmar que continuar con la fiscalización y educación continua a largo plazo generará mayores resultados positivos, no es tarea fácil pero el municipio trabaja diariamente en ello ya que finalmente hablamos de un cambio cultural en las comunidades y el país”, dice.

Educación ciudadana

Para la presidenta de la Unión Comunal de Juntas Vecinales de Chillán, María Cecilia Fuentes, son los mismos vecinos los responsables de la aparición de microbasurales, sin importar que esto afecte estéticamente el sector donde residen y la salud de los habitantes.

“Obviamente que afecta a los vecinos porque donde hay un basural hay ratones, hay moscas, hay todo tipo de bichos y mal olor. Lamentablemente es un mal hábito, una mala costumbre de parte de muchas personas que no les preocupa que visualmente se vea feo su barrio, y tratan siempre más encima de dejar sus cachureos no fuera de su casa, sino que fuera de cualquier otra casa, y eso se repite en muchas partes (…) Hace falta crear educación y conciencia ciudadana porque el municipio harto ha hecho en el sentido de que ha ido recuperando espacios que estaban convertidos en basurales”, indica.

La dirigente sostiene que encarar a las personas que arrojan basura en espacios públicos o denunciarlos ante los entes correspondientes no siempre funciona.

“De repente nosotros mismos somos los culpables quienes vemos y nos hacemos la denuncia, y me incluyo porque muchas veces me ha tocado ver cuando botan basura, muchas veces me ha tocado enfrentar a las personas, pero las personas como siempre se ponen chora y no es mucho lo que uno puede hacer. Tampoco saco nada con llamar a Carabineros o a inspectores porque a la hora que llegan ya el vehículo se ha ido”, detalla.

Agrega que “a pesar de que la mayoría de las juntas de vecinos está pidiendo constantemente que se hagan operaciones cachureos para que la gente bote donde corresponde estos cachureos, muchas veces pasa que el contenedor está tal día durante la mañana, y en la tarde ya están preguntando cuándo va a venir de nuevo el contenedor porque no alcanzó a sacar sus cachureos. Entonces al final tampoco la gente se hace el tiempo de levantarse temprano y poder sacar los cachureos que tiene y después es fácil llegar y tirarlo a la calle, en cualquier parte porque ahora ni siquiera tampoco es solamente en los sitios eriazos, sino que de repente usted puede ver en cualquier vereda, en cualquier línea de calle que hay colchones, sillones o cualquier tipo de artefacto”.

Fuentes resalta que además de los espacios públicos, los microbasurales también predominan en sitios privados y eriazos, donde los propietarios no se preocupan por cercar los terrenos “o de hacer cortafuegos constantemente porque ahí también se genera otro problema, sobre todo en tiempos de verano corren peligro las casas que están aledañas por el tema de los incendios. Entonces aquí como que hay responsabilidad por todas partes”.

Cambio cultural

Los microbasurales en ciudades pueden ser considerados índice de desarrollo humano de los países y regiones del mundo. Basta ver ciudades subdesarrolladas y en ellas abundan problemas logísticos de basura, no así en países ultra desarrollados. Es una problemática tanto de gestión urbanística como de educación cívica, y ambos no se desarrollan de un día para otro, así lo explica el arquitecto y Magister en Diseño Sustentable, Celso Monsalve Faúndez.

“Además, la conciencia de vivir en comunidad pasa también por modelos de sociedad individualistas versus otras cosmovisiones solidarias, ambas corrientes vistas en países igualmente desarrollados. El ejemplo es EE.UU. versus Europa. Ambos son las regiones más desarrolladas del mundo, sin embargo, EE.UU. enfrenta gravísimos problemas de basura en casi todas sus ciudades, en tanto Europa no, con estados donde se entiende vivir en comunidad y solidaridad”, agrega.

A su juicio, el problema de los basurales en Chillán y Chile en general está relacionado con una deficiente educación y desarrollo humano. “Aterrizando en Chile tenemos los dos problemas. Uno de falta de educación y desarrollo humano, lo que sólo se repara con justicia social y equidad, con mejores niveles de educación desde los primeros años. Pero, por otro lado, tenemos el modelo capitalista que nos encierra en casa a vivir cada vez más aislado, no importando mucho qué pasa fuera en mi barrio u otros sectores de mi cuidad”.

Monsalve Faúndez no ve con optimismo que este drama que afecta a las villas y poblaciones de la ciudad pueda resolverse en el mediano plazo, por el contrario, considera que si se toman cartas en el asunto desde ahora y generamos conciencia y buenas prácticas posiblemente veamos los frutos más adelante.

“Puede sonar pesimista, pero creo personalmente que el problema no se va a erradicar ni con una nueva administración, ni con todos los recursos disponibles para limpieza, sino que veremos años más adelante, y dependiendo de un cambio de rumbo cultural y sociopolítico los frutos de una mayor conciencia y educación urbana. Las tías de los nuevos jardines infantiles de la JUNJI, hermosos y con conciencia de sustentabilidad desde los primeros años de educación tienen la clave”, afirma.

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