Señor Director:
Con justa razón el alcalde de Cobquecura, Julio Fuentes, ha manifestado en las páginas de su diario la preocupación que le asiste y a la comunidad cobquecurana, por la presencia de embarcaciones pesqueras artesanales en las cercanías de Colmuyao, La Lobería, Iglesia de Piedra y Buchupureo, pescando dentro de la zona de exclusión reservada a la pesca artesanal de pequeña escala. Es de mi interés expresar que las embarcaciones denunciadas no pertenecen a la pesca industrial ni son barcos de la flota de las empresas socias de ASIPES. A simple vista, puede confundir el tamaño de las lanchas artesanales mayores e identificarlas como pesqueros industriales. Pues bien, todos nuestros barcos cuentan con posicionador satelital o GPS que es supervisado directamente por la Autoridad Martina en tiempo real. Asimismo, quienes deseen verificar el comportamiento en el mar de las naves pesqueras, pueden acceder a globalfishingwatch. org, plataforma web abierta y que permite observar “en vivo” el desplazamiento de naves pesqueras de todo el mundo, y por cierto, de nuestro país.
Con esto quiero señalar que la labor de nuestras naves en alta mar es transparente y supervigilada permanentemente por entidades externas. No solo nos asiste el compromiso y respeto con las zonas de uso exclusivo de la pesca artesanal y la sostenibilidad de los recursos pesqueros, sino también porque de mediar una conducta inadecuada los mecanismos de vigilancia actúan de inmediato, exponiendo al capitán de la nave y a la empresa socia a fuerte multas y sanciones.
Hacemos un llamado al sector pesquero en su conjunto a respetar las zonas de alto valor natural como las descritas por el señor alcalde de Cobquecura y también seguir cuidando los recursos pesqueros, para que continúe la senda de recuperación que hoy exhiben para beneficios de todos quienes trabajamos y dependemos de esta actividad.
Verónica Ceballos Barrón Gerente de Asuntos Públicos, Pescadores Industriales del Biobío