Señor Director:
Este nuevo año nos vuelve a ofrecer la posibilidad del reencuentro en el aula, regreso que presentará nuevos desafíos. Uno de ellos, son las desigualdades en el acceso a la educación: mientras algunos establecimientos pudieron transitar a un modelo híbrido -inversión en tecnología de por medio- en otros, el acceso era limitado a los planes de internet que las familias podían costear. Para demasiados estudiantes, la pandemia significó un detrimento para aprender.
Por ello es importante re-pensar el sistema educativo. No solo de contenidos no tratados, sino de las competencias que no desarrollamos en la distancia fría de las pantallas. Si algo nos dejó la pandemia en el ámbito educacional, es que el aprendizaje es con el otro y la necesidad de volver a hacer trascendente lo que ocurra dentro del aula.
Entonces la pregunta no es tanto el cómo volver a clases, sino más bien el para qué. Las nuevas generaciones, con sus luchas y conquistas, nos invitan a tener una nueva sensibilidad. Y es eso: el derecho no solo a la educación, sino también a sentirla de una manera distinta, más humana, solidaria e inclusiva. De menos metas y más reflexiva.
Ojalá la reflexión nos lleve a un sistema más respetuoso con sus participantes. No habría decepción más grande que, una vez empezado el nuevo año escolar, muchos estudiantes se aburran en el aula porque no era lo que esperaban. Humanizar la educación después de lo virtual, es lo que dará sentido al volver a las aulas después de esta ausencia.
Juan José Lecaros
Académico Facultad de Educación Universidad Autónoma