Señor Director:
Hemos visto con asombro y preocupación el aumento de la frecuencia y gravedad de los casos de violencia en las comunidades escolares. El Ministerio de Educación dio a conocer de 1.500 denuncias, de las cuales un 30% corresponden a hechos de violencia, y la Subsecretaría de Prevención del Delito alertó sobre 32 casos críticos en los entornos de establecimientos educacionales.
La violencia es un fenómeno estructural en nuestra sociedad y los colegios son más que recintos de aprendizajes de conocimientos formales, sino también uno de los pocos espacios seguros que tienen miles de niñas, niños y adolescentes en situación de pobreza y vulnerabilidad. No podemos dejar que pierdan esos espacios. Tenemos la convicción, y la evidencia lo demuestra, que la violencia está vinculada a la desigualdad y a la vulnerabilidad. En Chile, más de 700.000 niñas, niños y adolescentes sufren pobreza por ingresos, más de 200.000 viven en extrema pobreza y más de 186.000 están desescolarizados por lo que asegurar los mínimos vitales, revertir la escalada de violencia en las calles y volver a hacer de los colegios lugares seguros es un imperativo del que debemos hacernos cargo como sociedad.
Arturo Celedón
Director Ejecutivo Fundación Colunga