Close
Radio Radio Radio Radio

Vivir en el presente le da sentido a todo

“Me angustia que mañana el dentista me exija esos tratamientos de conducto tan dolorosos y caros…”; ”esta notificación de impuestos internos que recién llega me da terror: creo que no voy a poder dormir esta noche”; “qué vamos a hacer cuando me toque el gasto del arriendo…” Expresiones de preocupación como estas son moneda común en todas partes. Por lo que también es muy común que frente a esto, también a cada rato repitamos remedialmente que “lo único que existe es el ahora”, “relájate de lo que te pasó y de lo que vendrá porque eso no existe ya que solo existe el presente”, “ocúpate y no preocúpate”, etc. Esto último resulta fácil aconsejarlo cuando la persona no está en medio del problema, cuando no sabemos cuál es el desafío vital imposible de eludir o negar, cuando el peso de las obligaciones diarias nos supera. Porque nadie no trabaja por “ prescripción médica” o se pasa el día cuidando de sus padres con Alzheimer, intentando reconducir a un familiar con conductas enfermizas autodestructivas, solucionando burocracia, etc…

Eckhart Tolle hace años hizo famosa su obra “El poder del ahora”, el de este instante puntual y particular que es lo único sobre lo cual tenemos poder. Pero podemos preguntarnos y objetar: de acuerdo, estoy viviendo en el ahora, pero como lo que importa es fluir en la sucesión de cada uno de los momentos, me he dado cuenta que ya no lucho por nada ¿y eso me está haciendo ser “mediocre”? Aquí la palabra “mediocre” es una ilusión, pues necesita un punto de referencia. Y el término “luchar” tampoco es necesario, pues no hay nada que solucionar. Porque si tienes algún proyecto en mente, simplemente haz lo que tengas que hacer, si no, pues, descansa, medita, no hagas nada. Y hacer estas cosas no es mediocridad ya que mediocridad es hacer mal algo porque estás pensando en el resultado y no estamos concentrados en lo que hacemos. Se trata de que si tienes una meta, emprende el camino, pero deja de pensar en la meta y enfócate en este preciso paso que estás dando y asegúrate de que sea en la dirección correcta.

En los casos de aquellas tareas muy pesadas y agobiantes, Tolle sugiere la aceptación. Vale decir significa que haces lo que tienes que hacer, sin poner una etiqueta de “bueno o malo”. Y si puedes cambiar la situación, lo haces, si no puedes la otra opción es irte, si no puedes, toca entonces aceptar, aceptar el no control, sin sufrir por ello. La llamada es a vivir cada instante como único, disfrutando de las cosas pequeñas, obviamente no atribuirse cargas que no nos corresponden, porque no podemos controlar o cambiar a los demás. Simplemente hagamos lo que hay que hacer, y aceptar todo aquello que está fuera de nuestro control, y dejárselo a la Vida que ella sabrá qué hacer.

Vivir el ahora no es dejar de preveer sanamente el futuro. Porque obviamente hay que sembrar para cosechar. Más bien es estar plenamente presente en el proceso ahora, sin ansiar saber cómo termina el disco. El escape favorito del presente es adherir a una ideología: siempre funciona para pensar que hay un propósito y así agregarle “onda” a lo que no queremos aceptar: ser facho, zurdo, místico, religioso, secta, etc.

Hoy hay mucha variedad con sus sub variantes. Vivir en el ahora no nos hace mediocres. Nos enfoca en las cosas o actividades que hacemos a diario. Ej. Si trabajas o estudias en algo tedioso viviendo en el ahora significa dedicarte a estudiar y no “ver pasar las moscas”: solo existe tu y el libro, tu y esa maniobra de repetir y secar con paciencia el aceite de tal o cual máquina. Aplica a todo, hasta si estamos lavando platos o vistiendo y peinando a un bebé inquieto. Es tener una meta a largo plazo y hacer todo en y desde el presente para cumplirla. ¿Contra qué o quién es la lucha? nos podemos preguntar. Contra la tendencia a disgregarnos, cuando no crees en lo que haces o pierdes el foco del objetivo final a lograr. Hay una diferencia cuando deseas lograr algo y te frustras si el resultado no es el que querías, que cuando te comprometes con un propósito (, el cual le da un sentido a tu vida independiente del resultado que alcances. Ello no implica lucha alguna. Simplemente dejas que tu creatividad fluya y colaboras de esta manera a que lo que sea que tenga que manifestarse, ocurra. Eso no es mediocridad. En otras palabras, no se trata de que es lo que haces, sino para qué lo haces.

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *

Leave a comment
scroll to top