Señor Director:
Frente a un segundo semestre en marcha, las instituciones de educación superior han asumido que el calendario académico para esta segunda parte del año será total o mayoritariamente en formato virtual. Algunas ya prevén incluso que esta situación se mantendrá durante el primer semestre del 2021. Esta sola definición, implica resignificar la estructura y didáctica de las asignaturas de naturaleza pedagógica, disciplinaria y práctica, como, asimismo, el sentido profesional que implica formarse en la profesión en contextos complejos.
Las dinámicas, tanto de las facultades de educación y las carreras de pedagogía, en un primer momento se han focalizado en la conectividad de sus estudiantes. Un ejercicio, que también ha problematizado la formación inicial y el sentido del ser docente, frente a un escenario de inequidad, escasa accesibilidad e incertidumbre. Así, la redefinición didáctica en la formación no tan solo ha impactado en los programas de asignaturas en las metodologías, recursos y evaluaciones., sino que también en la reflexión pedagógica que ha puesto en la discusión la profesionalización docente.
Intentar abordar la profesionalización docente desde lo virtual, es una tarea compleja, que se ha quedado en un segundo nivel de discusión frente a esta crisis. Por ello, es preciso reflexionar a partir de una formación virtualizada: sus aprendizajes, retos, desafíos y dilemas en la construcción de significados en estos tiempos.
En un país que constantemente se enfrenta a escenarios complejos, pensar en el impacto de estas generaciones de formación docente es vital para integrar a futuro elementos que permitan disponer de nuevas formas y modos de relacionarse profesionalmente con los niños, las familias, los contextos, el aprendizaje y las tecnologías.
Andrea Figueroa
Directora Educación Parvularia U. Las Américas