Señor Director:
Los dichos del senador Quintana sobre un nuevo estallido social carecen de toda responsabilidad y prudencia. A más de cuatro años de lo acontecido en octubre de 2019, pareciera que una parte de nuestros dirigentes aún no exhibe la madurez que se requiere en momentos de especial complejidad. El recuerdo de la violencia en las calles, el grito desesperado de cientos de miles de chilenos que nos enrostraron el mal camino por el que iba el país, y el fracaso del cauce institucional de la primera Convención deberían ser suficientes para evitar poner en riesgo nuestra democracia. Lo que el senador opina agrega más incertidumbre a una sociedad agotada y donde la desesperanza crece diariamente.
Si el senador, y tantas voces dirigentes que lo avalan, se detienen a pensar en los desafíos que enfrentamos, no queda espacio para estas opiniones. No es honesto, por lo demás, anticipar dicha situación. No es responsable condicionar la política del diálogo a través de chantajes. No es prudente, en momentos donde nuestros líderes deben mostrar el por qué los hemos elegido.
Miguel Ángel Fernández Docente investigador Faro UDD