Los vecinos de la Villa San Miguel, ubicada al nororiente de Chillán, podrían ver solucionado un problema que los ha aquejado por más de 14 años, si es que no hay obstáculos ni imprevistos de último minuto, para cuando en 2023 la Municipalidad ponga en marcha la pavimentación de los cerca de 920 metros que actúan como enlace único entre el conjunto habitacional y la intersección de las avenidas Vicente Méndez y Andrés Bello.
El proyecto fue anticipado por el alcalde de Chillán, Camilo Benavente, quien confirmó a La Discusión: “hicimos una consulta a la Contraloría y estamos intencionando el poder realizar una pavimentación de doble tratamiento en ese sector. Esto al menos permitirá que no se levante polvo en los veranos, y que en invierno no haya barro ni se generen baches”.
[bg_collapse view=”button-orange” color=”#4a4949″ expand_text=”Leer más” collapse_text=”Menos” inline_css=”width: 100%” ]El jefe comunal transparentó que se trata de una solución básica, ya que una pavimentación con estándares Serviu, que exigiría veredas, soleras, caídas de agua entre otras exigencias, “ya supone un proyecto muy ambicioso, con costos muy altos, por lo que nuestro compromiso es a lo menos entregarles un camino que les permita a conductores, ciclistas o peatones transitarlo de forma segura y cómoda para las 77 familias que actualmente viven ahí”.
Desde el municipio confirmaron que los estudios están ya realizados en casi su totalidad, por lo que nada impediría que las faenas comenzaran y culminaran en plazos aún por definir del próximo año.
Ante este anuncio, el presidente de la junta de vecinos de la Villa San Miguel Arcángel, Cristián Cortés, comentó que “después de tantos años de tener este camino de tierra y con todos lo problemas que nos significa, creo que cualquier avance que se realice ya es positivo, aunque sea esa pavimentación de doble tratamiento”.
Cortés dijo que espera, de todas formas, reunirse con el alcalde en los próximos días, para poder conocer de primera fuente los detalles de lo que sería el eventual proyecto. “Nos gustaría que se nos dijera si se va a trabajar con asfalto, hormigón y ese tipo de detalles, porque nos gustaría una solución duradera, no temporal, ya que aquí muchas veces no entran ni los furgones escolares ni los taxis y además tenemos un puente de madera que no garantiza mucha estabilidad para vehículos más pesados”.
Colonia B. O’Higgins
Otro de los sectores que acusan un problema con características similares, es el de la Colonia Bernardo O’Higgins.
Si bien cuenta con solo un costado con pavimentación (hecha por Vialidad), aún el lado oriente de ese camino es de tierra, y pese a que periódicamente se pasa una motoniveladora, los vecinos han tratado de que se pavimente.
Respecto a este tramo, el alcalde dijo que “como el límite que existe entre lo urbano y lo rural no permite que Vialidad pueda meterse hacia la ciudad, quedó ese tramo sin pavimentar”.
Actualmente existe un estudio de factibilidad, “porque se debe definir si hay que hacer cerchas, o veredas, tomas de aguas lluvias y otros elementos que impliquen un trabajo de ingeniería mayor, y así determinar el costo aproximado de un proyecto semejante”, aclaró.
Así, mientras Benavente dice estar “con bastante certeza” ante el proyecto de la Villa San Miguel, ante lo de la colonia Bernardo O´Higgins, reconoce solo “estar optimista”.
Ricardo Gallo, residente del sector, dice que por años solo ven pasar una máquina, pero cuyos arreglos desaparecen con la primera lluvia que caiga.
“Había un pequeño puente de madera en la entrada, con un letrero que advertía un tonelaje máximo permitido, pero lo terminaron rompiendo igual, porque nadie fiscaliza nada acá. Incluso en términos de seguridad nos sentimos realmente aislados. A todos ya nos han entrado a robar”, relata.
En contraste, detalla que les cobra un promedio de $800 mil por contribuciones a los vecinos del sector, “y no tenemos agua potable, alcantarillado ni luz. Y lo único que pedimos, con la plata que pagamos, es que nos arreglen el camino. Si son apenas 500 metros, no es nada”, agrega.
Debate en el concejo
Las problemáticas de ambos barrios fue planteada en la última reunión de Concejo Municipal, por parte del concejal Rodrigo Ramírez, tras reunirse con representantes de ambos sectores.
“Antes se les dijo que era mucho el dinero a invertir para la poca cantidad de familias que se verían beneficiadas. Creo que eso, tras tantos años de espera, dejó de ser una excusa válida”, comentó.
Consciente de los altos montos que significaría el realizar trabajos de asfaltado de mayor calidad, apunta a que “si es necesario, se tendría que trabajar en soluciones conjuntas con el Gobierno Regional, lo que sí parece viable, porque obviamente, el municipio solo no podría cubrir esos costos”.
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