Una de las noticias que han impactado en este contexto de apoyo y acogida a los menores vulnerados de Ñuble es el cierre de la Villa Jesús Niño, entidad colaboradora del Sename que, junto al hogar de la Cruz Roja, están dentro de las más emblemáticas de la región.
Una de sus sostenedoras, Graciela Suárez, explicó que esto se debía a la falta de recursos que les significaba el recorte de presupuesto anunciado por el Sename y a la irreparable baja de aporte de parte de los socios, que se vio agudizada durante la pandemia.
“Pudimos haber presentado un nuevo proyecto en octubre del año pasado, pero cuando hicimos nuestra presentación, nos dimos cuenta de que no nos calzaban las platas porque estábamos recibiendo menos recursos del Sename”, explicó.
Respecto a los destinos de esos recursos perdidos, detalló que era para “el sueldo de parte de algunos de los funcionarios, pero ahora, no tendríamos más presupuesto para pagarle a la contadora, ni para secretaria, ni nutricionista, no pagaban jardineros y todo eso es fundamental para el buen funcionamiento de la corporación, ahora tendríamos que hacernos cargo nosotros de todo eso y no podíamos, no nos alcanzaba”.
La sostenedora advierte que a nombre de la corporación, le escribió a la jefa regional del Sename, la señora Carolina Tapia, pidiendo explicaciones de este recorte de recursos, “también le pedí una reunión a la señora Jacqueline Guíñez, seremi de Justicia. Nunca recibí un correo, un telefonazo, ni nada, lo que no me parece correcto para una institución que siempre hizo las cosas bien y que siempre tuvo las mejores evaluaciones. Por eso, no seguiremos, pero al menos nos vamos con la satisfacción que nuestros niños estuvieron felices y no sé en cuántas instituciones en Chile, podrían decir lo mismo”.
Consultada Jacqueline Guíñez al respecto, dijo que “no me ha llegado ningún correo, y eso que hasta suelo revisar la bandeja de spams. Pero feliz acepto reunirme con ella y responder todo lo que esté a mi alcance”.
Pese a todo, Graciela Suarez dice que siguen trabajando en el proyecto que se ha ido extendiendo porque aún no se ha podido encontrar un lugar para redestinar a los menores.
Finalmente, aclara que “supimos que se propuso que nuestros hogares podrían ser ocupados por la Corporación Padre Chango, que tiene un proyecto de rehabilitación para menores. Falso. Nadie ha hablado con nosotros y no creo que sea a ellos a quienes les arrendemos este lugar”.