El Ministerio de Transportes está socializando en la comunidad el proyecto de vías exclusivas de transporte público (buses y taxis colectivos) en el centro de Chillán, que tiene como objetivo mejorar los tiempos de desplazamiento de la locomoción colectiva, como parte de una estrategia más integral que busca potenciar este modo de transporte, mejorando la experiencia del usuario, y desincentivar el uso de vehículos particulares en el sector céntrico.
La iniciativa priorizó tres ejes que contarán con dos de las tres pistas reservadas para buses y taxis colectivos: Isabel Riquelme, 5 de abril -ambas entre Av. Libertad y Cocharcas- y Maipón -entre Independencia y 18 de septiembre-, en virtud del alto flujo de locomoción colectiva que soportan.
Se trata de una propuesta que, de aprobarse (el financiamiento de las obras) por el Gobierno Regional, se implementaría en 2025, según planteó el seremi del ramo.
Más allá de la natural molestia que generará el cambio entre los conductores, es fundamental que exista un debate serio y transparente, con la comunidad como protagonista, para que esta propuesta tenga legitimidad social y logre el objetivo planteado en forma eficiente, vale decir, con el menor costo-sacrificio asociado. Los chilenos ya saben bastante de buenas ideas que terminan siendo mal implementadas.
La evidencia muestra que las vías exclusivas son eficientes en el sentido de regular el flujo vehicular, en especial en arterias que se encuentran constantemente congestionadas, sin embargo, ese resultado se logra cuando la restricción se respeta, lo que requiere un conocimiento y compromiso de parte de la comunidad, por un lado, y una fiscalización inteligente de parte de la autoridad, por el otro.
Hay, por supuesto, otras variables que se pueden añadir, como las características físicas de las vías, los flujos y el comportamiento de las personas.
El caso de Concepción permite observar la implementación de esta medida, donde las vías exclusivas de las avenidas Los Carrera, Prat y Paicaví son poco respetadas por los automovilistas, sin embargo, el pasado 14 de agosto terminó la marcha blanca de dos meses y comenzaron a cursarse partes empadronados, gracias a un sistema de fiscalización automatizada a través de cámaras de televigilancia, con multas que pueden alcanzar las 1,5 UTM ($92 mil).
En defensa de los conductores que se resisten a dejar el vehículo particular es justo señalar que para hacer atractiva la locomoción colectiva debe mejorar la calidad, ya que hoy dista bastante de ser una grata experiencia para el usuario, no solo porque el viaje es incómodo y lento, sino porque los horarios de funcionamiento, las frecuencias y los recorridos no responden adecuadamente a la demanda, a diferencia de lo que ocurre en Santiago, por ejemplo.
Puesto que las medidas inconsultas están destinadas a fracasar, se valora el trabajo de socialización de la iniciativa que está desarrollando la autoridad, tal como se hizo en una reciente instancia de consulta ciudadana realizada en el Teatro Municipal, ya que ello permitirá recoger observaciones y perfeccionarla, tanto en su diseño como en su implementación. Pero también es clave contar con una fiscalización inteligente y establecer un mecanismo de evaluación de la medida con plazos definidos, quedando sujeta su continuidad al logro del objetivo.