Es una estafa que se repite una y otra vez. Ocupa espacios en la prensa, una y otra vez. Y pese a los llamados de las autoridades, advertencias de abogados y notarios, el sueño de la parcela propia pareciera poder más y las ventas de terrenos irregulares y los loteos brujos siguen sumando causas en las carpetas de la Justicia.
Una de las causas más abultadas que actualmente se encuentran en las manos del Ministerio Público de Chillán, tiene por víctimas a diez personas que compraron derechos de terrenos en el sector El Cerrillo, a la altura de Los Lleuques, en la comuna de Pinto, y que tiene como imputado a la misma persona que en 2015 denunciaron trabajadores del mercado municipal por venderles terrenos que no eran de su propiedad.
Se trata de “Mauricio Infantas Fernández. Y este señor ya fue formalizado por esta otra causa, que se presentó como querella en el 2018. Primero se le formalizó por estafas reiteradas, y luego, de manera que aún no logramos entender por qué, se le reformaliza en febrero de este año, al delito de estafa residual, lo que tiene penas más bajas”, explicó el abogado Roberto Gutiérrez, del estudio jurídico G&M.
“Al menos”, agrega, “se les añadieron cargos por venta irregular de terrenos”.
En Ñuble también existen casos emblemáticos, siendo algunos de los más conocidos, el del sector Pan de Azúcar, en Chillán Viejo; y Valle Escondido y Valle Hermoso, donde se vendieron cientos de sitios de menos de 5 mil metros cuadrados, que exige como mínimo la ley, en sectores de suelo agrícola y predios rurales.
A partir del 2019, la seremi de Bienes Nacionales comenzó un proceso excepcional para poder entregarle los títulos de dominio a los propietarios, junto con advertir que se rigidizarían las fiscalizaciones para evitar que este fenómeno se siguiera reptiendo.
De lo civil a lo penal
A pesar que este año no se han ingresado denuncias a la seremi de Vivienda y Urbanismo por este tipo de ventas ilícitas, en la seremía de Bienes Nacionales, explican que existe una proliferación de estos negocios. La seremi del ramo, Carolina Navarrete, dice que uno de los puntos más frecuentes es que no se le informa al comprador que queda en una situación completamente irregular “pero para nosotros el trabajo continúa después de esas compras, cuando llegan a nuestras oficinas a buscar que los podamos regularizar (lo que no siempre se puede), por lo que condenamos que esto se siga haciendo, sin ser transparentes con la información por parte de la persona que vende”.
Sin embargo, hay situaciones en que se pasa de la materia civil al campo penal.
Si una persona vende derechos y no dominios, y quien compra está consciente de los riesgos que eso conlleva, no hay delito alguno.
“El problema es que muchas veces, quien vende dominios lo hace prometiéndole al comprador que se están haciendo los trámites necesarios, en la seremi de Bienes Nacionales, para poder regularizar esos predios, lotearlos, enrolarlos y, de esa manera, pasar de adquirir simples derechos a dominios, con lo que ya se es, definitiva y legalmente, dueño”, explica el abogado Gutiérrez.
En el caso de las diez víctimas que representa, “lo que vemos es que el señor Infantas siempre tuvo un ánimo doloso, porque en el contrato de compraventas entregó una dirección de domicilio en el que no es ubicable; y porque jamás realizó gestión alguna para regularizar sus terrenos, entonces, a nuestro entender, eso ya es una estafa, y así es como se pasa de lo civil a lo penal”.
Tábita Aguilar y un funcionario de Carabineros, fueron los últimos compradores en presentar una querella en su contra.
Tábita cuenta haber visto un anuncio por el portal Yapo.cl, en 2017. “Él vendía 5 mil metros cuadrados en 2 millones y medio. Nos pasó los papeles para que le sacáramos una copia y lo fuimos a revisar al Conservador de Bienes Raíces, y en efecto aparecía su nombre como poseedor de esos derechos, e incluso nos pareció transparente que nos advirtiera que todavía no tenía la subdivisión del terreno terminada, pero que estaba realizando los trámites, que en seis meses iban a estar listos”, explicó.
Por eso, firmaron un contrato en el que se especificaba que “si en seis meses no se cumplía con los subdivisiones, se nos devolvía el dinero más una indemnización de un millón de pesos”. Pero cumplido el plazo, “no cumplió y no nos devolvió siquiera el dinero de la compra”, explica la víctima.
Peor, aún, cuando fueron a visitar con su familia el terreno adquirido, “nos encontramos con una persona allá que nos dijo que él ya había vendido esos mismos terrenos a otras personas hace unos años (a los comerciantes del mercado municipal), que estafó gente porque nunca los pudo entregar, ya que se trata de terrenos que no se pueden vender”.
Para poder venderlos, Infantas creó una empresa con giro forestal a la que le hizo una sucesión de derechos sobre esos terrenos. Luego, esta empresa le vuelve a realizar una cesión de derechos a su cónyuge. “Y es su nombre el que aparece en el contrato que nos hicieron”, acusa Tábita.
En todo Chile
No es necesario buscar tan atrás para conocer más casos similares en el país. Las autoridades han hecho llamado tras llamado en Santiago, Coquimbo, Valparaíso, San Antonio, registrándose en La Serena, uno de los casos más escandalosos de este año, con una estafa múltiple mesurada en $2.500 millones.
“Lamentablemente es más común de lo que muchos creen, y no sólo en Ñuble. En todo Chile se están viendo este tipo de estafas, e incluso hay uno que se cubrió en la farándula porque lo hizo este señor conocido como Fabrizzio, que estaba vendiendo loteos irregulares”, dice el abogado querellante, Roberto Gutiérrez.