Venecia se prepara para pasar una nueva noche en vela ante el temor de que vuelva a subir la marea mientras el gobierno decretará este jueves estado de emergencia para movilizar fondos y hacer frente a los estragos de este tipo de catástrofe natural que amenaza la supervivencia de una de las ciudades más bellas del mundo.
Las marea se situaba a las 23H35 (22H35) del miércoles a 77 cm sobre el nivel de referencia, mucho menos de lo previsto (120 cm) y lejos de los 187 cm que alcanzó el martes este nuevo episodio de “acqua alta”, el peor desde hace 53 años.
“La catástrofe que ha afectado a Venecia es un golpe al corazón de nuestro país. Duele ver los daños en la ciudad, el patrimonio artístico en peligro y el revés a la actividad comercial”, declaró el primer ministro Giuseppe Conte, que visitó este miércoles la ciudad Patrimonio de la Humanidad.
El Consejo de Ministros se reunirá el jueves para declarar estado de emergencia por catástrofe natural en la zona de Venecia, una figura que otorga al gobierno “poderes y medios extraordinarios” para actuar con celeridad.
“Estamos dispuestos a consagrar los primeros fondos”, dijo Conte, que precisó en su página en Facebook que antes participará en una reunión de la prefectura en Venecia “para realizar las primeras estimaciones de los daños y preparar las primeras soluciones”.
La marea del martes, combinada con fuertes ráfagas de viento y copiosa lluvia, prácticamente sumergió al 80% de la ciudad, según el gobernador de la región Luca Zaia. Una persona falleció electrocutada en su casa.
Como si hubiera sufrido un tsunami, la excepcional marea anegó buena parte de la Ciudad de los Dogos, dejó góndolas a la deriva, propulsó fuera de los canales a los vaporettos (taxis fluviales), inundó hoteles de lujo, museos, restaurantes, comercios y viviendas privadas que se encuentran en promedio a un metro por sobre el nivel habitual del agua.
La célebre basílica San Marcos, joya bizantina, fue anegada por un metro de agua.
Centenares de turistas caminaban con el agua hasta la cintura para llegar a sus hoteles.
Los 160 bomberos movilizados tuvieron que realizar 400 intervenciones.
“Nunca habíamos visto nada parecido”, explicó a la AFP Alvise, un italiano de 19 años, que llegó junto con unos amigos a constatar los daños pese a que la plaza de San Marcos estaba prácticamente seca el miércoles por la noche.
Además del centro histórico de Venecia, varias islas, entre ellas el Lido, sede del Festival de cine y de las Bienales de arte y arquitectura, también se vieron muy afectadas por las inundaciones.
El agua afectó al célebre teatro de La Fenice, que suspendió las funciones hasta nueva orden, así como la Basílica de San Marcos.
La ciudad que tiene 50.000 habitantes, recibe unos 36 millones de visitantes al año, el 90% extranjeros.
“El futuro de Venecia está en peligro, no podemos vivir así. Necesitamos tener la seguridad de que podemos vivir aquí. En juego está también nuestra credibilidad internacional”, dice el alcalde Luigi Brugnaro.
Para el ministro de Medioambiente, Sergio Costa, las causas del desastre son “claras”. “Es consecuencia directa del cambio climático y de la tropicalización de los fenómenos meteorológicos con precipitaciones violentas y fuertes ráfagas de viento”.