Una tensa situación se produjo en horas de la tarde de ayer, en el pasaje Juan de Castellanos, de la Villa Alonso de Ercilla, luego que vecinos del sector advirtieran un intento de toma de una de las casas que se encontraba deshabitada, por parte de una pareja, quienes incluso llegaron con un camión tres cuarto para instalar sus enseres.
La toma motivó que los residentes del lugar tras constatar con el dueño del inmueble que éstas personas resultaban desconocidas para él, llamaron a Carabineros quienes llegaron antes que el camión llegara por segunda vez a descargar más muebles.
“Lo que pasa es que me llamó la atención que la camioneta en la que llegaron saliera después a tan alta velocidad, además el auto en el que andaban estaba chocado. Salí a mirar y vi que el candado que tenía puesto el vecino no estaba, y ellos habían puesto otro para asegurar el portón”, relató uno de los residentes del lugar.
Telefónicamente, el propietario autorizó a sus vecinos a ingresar a la casa y a sacar todo lo que la pareja había descargado; y mientras aún estaba Carabineros afuera, llegó de nuevo el camión.
“Pero se detuvieron un par de cuadras antes y se metieron para otro pasaje, pero los carabineros se fue tras ellos y los interceptó”, relató un testigo.
Conforme al parte policial, en el lugar se verificó que estos muebles y artefactos eran de una mujer que no era la propietaria del inmueble y que había llevado sus cosas personales para vivir allí.
Tras comunicarse con el dueño de la vivienda y comprobar que la mujer se apropió del lugar causando daño en rejas y cerraduras, se le detuvo por el delito de violación de morada.
Además, en controles de identidad, Carabineros estableció que uno de los transportistas del servicio de flete mantenía una orden pendiente por microtráfico de drogas, por lo que también fue detenido y puesto a disposición del Tribunal.
Sin embargo, una de las personas que había llegado con la intención de quedarse a vivir en la casa, permaneció en el lugar para cuidar las pertenencias que quedaron arrumbadas en la vereda.
Con el propietario ya presente en el lugar, Carabineros se fue junto con los dos detenidos.
“Y a mi juicio eso fue un error”, comentó a LA DISCUSIÓN, el dueño del inmueble, quien solicitó reserva de su nombre.
“Lo que pasa es que esta persona se quedó con una actitud prepotente y amenazando a la gente. La verdad es que junto a los vecinos mantuvimos la calma. Para mí, la situación ya era demasiado tensa, era mucha la impotencia y la afectación que sentí, entonces pudo haber pasado cualquier cosa”, añadió.
No vamos a aceptar okupas
Fueron varios los vecinos quienes tomaron imágenes de esta situación y con foco en los rostros de los que intentaron tomarse la casa.
Luego, tales imágenes comenzaron a circular por redes sociales.
Una de las vecinas del pasaje explicó que “hubo mucha gente que reaccionó apoyando la actitud de la gente de acá que entre todos, sacaron a estas personas. Pero también hubo algunos comentarios que estaban a favor de ellos. Lo malo es que luego, algunos de los que participaron de este desalojo, empezaron a ser amenazados de muerte”.
De hecho uno de los mensajes hechos por una mujer (presuntamente una de las que conformaba esta pareja de mujeres) escribió que “soy experta en entrar a casas, no te vas a dar ni cuenta cuando entre y te esté apuntando con una pistola en la cara”.
A otros, los amenazó con quemarles la casa.
El fenómeno Okupa se ha convertido en todo un aprendizaje vicario. Llega por Internet, noticias y ejemplos cercanos porque incluso en Ñuble y San Pedro de la Paz se han registrado casos, normalmente amparados en la idea de que el derecho a vivienda está por sobre el derecho a propiedad.
“Pero eso, no significa que le puedas quitar una casa a una persona, menos considerando que el dueño trata de arrendarla y tener un ingreso extra. Acá, después de esto, estamos más unidos que nunca y al que ocupe, lo vamos a desalojar nosotros”, dijeron los vecinos.
