Representantes de la Junta de Vigilancia del Río Ñuble (JVRÑ) destacaron la disposición de las autoridades del MOP a avanzar en la concreción del embalse La Punilla, tras sostener, en Santiago, una reunión con el subsecretario de Obras Públicas, José Herrera; la directora de Obras Hidráulicas, María Loreto Mery; y representantes de la Dirección de Concesiones, cita coordinada por el diputado Cristóbal Martínez en la que también participaron el senador Gustavo Sanhueza y los presidentes de la Asociación de Agricultores de Ñuble, Carlos González; y de la Cámara Chilena de la Construcción-Chillán, Ricardo Salman.
Tanto el presidente, Fernando Rueda; como el asesor de la JVRÑ, Salvador Salgado; y el dirigente Carlos González, coincidieron respecto a la visión de las autoridades sobre la importancia de este proyecto para la región de Ñuble.
Rueda manifestó que “salimos con una buena sensación, principalmente por tres aspectos: porque el Gobierno parece estar consciente de que el Embalse Nueva La Punilla es la obra más importante en carpeta que tiene Ñuble, luego, porque también refrendaron que están trabajando en el proyecto, veremos cuáles son las conclusiones, estamos expectantes y, por otra parte, conformes con el compromiso de incluirnos en las eventuales novedades que surjan y en el trabajo posterior”.
Actualmente, la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) está elaborando un informe técnico con las implicancias de la adecuación del proyecto, en virtud de las conclusiones del Comité Interministerial para una Transición Hídrica Justa, que en enero pasado recomendó reducir entre un 25% y un 30% el área a inundar, lo que fue acogido por el Consejo de Ministros de la CNR. Dicho informe, que debiera concluir en las próximas semanas, será presentado ante el Consejo de Ministros, instancia que deberá sopesar las consecuencias de realizar dichos cambios al proyecto o mantener el diseño actual.
Una de las claves es darle continuidad a la licitación en curso -iniciada en noviembre de 2021 y aplazada cuatro veces-, de manera de evitar la demora adicional que significaría iniciar un nuevo proceso licitatorio. Cambios sustantivos al proyecto podrían requerir un nuevo diseño y, en consecuencia, una nueva licitación, advirtió Salgado.
Otra variables tiene que ver con la menor rentabilidad que puede ofrecer un embalse que almacenará menos agua, restándole atractivo para el inversionista, lo que forzaría al Estado a aumentar el subsidio.
Por su parte, Carlos González hizo hincapié en que “en ningún momento las autoridades pusieron en duda la concreción del embalse, al contrario, reiteraron que ellos están mandatados por las autoridades de que el proyecto va a seguir su curso y se va a hacer”.