Vacaciones neurodivergentes
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Señor Director:
Las vacaciones de verano representan un desafío para promover actividades saludables que enriquezcan el desarrollo cognitivo, emocional y físico de los niños y niñas. Por lo anterior, la ruptura de las rutinas escolares puede propiciar conductas disruptivas o hábitos sedentarios, especialmente en menores neurodivergentes.
Para evitar estas situaciones, puede resultar efectivo establecer diversas estrategias, tales como rutinas diarias, diseñar actividades que promuevan el aprendizaje, apoyar en las labores domésticas, e incluso organizar un tablero con horarios, lo que puede ser una excelente herramienta para inculcar independencia, organización y determinación.
También es importante promover la actividad física al aire libre, integrar juegos y actividades que incluyan a amigos o familiares. Esto no solo estimulan el desarrollo físico, sino también habilidades sociales como la interacción y la imitación de conductas positivas. De todas maneras, es importante evitar exponer a menores con sensibilidades sensoriales a ambientes ruidosos o muy concurridos. En su lugar, es mejor practicar deportes dirigidos como natación o clases organizadas, así como también actividades como cocinar, pintar, jugar juegos de mesa o ver películas.
El intercalar estas actividades durante la semana ayuda a mantener el interés y el compromiso de los menores y la clave está en estructurar estas actividades en un calendario programado por los padres, y de apoco poder incluir la participación de los menores en la planificación. En ocasiones resulta muy bueno introducir incentivos, como permitir que el menor elija una actividad semanal al cumplir con las metas establecidas, reforzando su sentido de logro y motivación.
Claudia Figueroa
Escuela de Fonoaudiología UNAB