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La Plaza de Armas de Chillán y sus calles circundantes ha sido escenario de diversos eventos masivos en el último tiempo. Las Fiestas de la Longaniza y de la Chilenidad, por ejemplo, han sido actividades culturales que han concentrado a miles de vecinos y turistas en torno a espectáculos artísticos y stand de diferentes rubros.
Si bien, en general, estas festividades desarrolladas en el principal centro cívico de la ciudad han sido valoradas por la comunidad, por relevar la cultura e incentivar la economía local, también han sido objeto de quejas ciudadana debido a las externalidades negativas que generan en su locación. El aumento de la congestión vial producto del cierre de calles, el ruido y la paralización de ceremonias en el Obispado y aumento en la inseguridad son algunos de los impactos negativos que se han mencionado.
En redes sociales se abrió un debate en torno a la ubicación elegida para estas fiestas, acogiéndose tanto comentarios favorables como críticos.
“¡Qué conductores! ¿Y nosotros que tomamos la micro y llegamos tarde al trabajo? ¿No pensaron en eso?”, reclamó la usuaria de Instagram identificada como Nataliamperezg.
En contraposición, el usuario de la misma red social, Maximoshlomobeltran, manifestó: “Aprendamos a caminar. Creo que debería cerrarse más seguido el ingreso vehicular al centro”.
Raul Franulic, también apuntó sus críticas hacia la locación elegida para desarrollar estos espectáculos masivos. “Definitivamente la autoridad, el Concejo Municipal, sugiero se vea la alternativa de eliminar las fiestas en la Plaza de Armas. Hay que considerar que hoy existen unos cinco edificios en altura donde llega nítidamente el fuerte sonido de la música, los alrededores de la plaza se convierten en baños, los muros de las viviendas son rayados, los estacionamientos sobre la vereda y la enorme congestión y tacos. Entonces, es necesario replantearse y pensar seriamente en otro lugar. Próximamente entrará en funcionamiento un hotel en la esquina de Libertad y 18 de septiembre”, expresó.
En la vereda opuesta, Titamona defendió la plaza como punto de encuentro masivo. “Dejen de criticar. Disfruten. Hay que darle vida a la plaza y a la ciudad”, opinó.
En tanto, usuarios de Facebook apuntaron al déficit de espacios públicos para este tipo de fines recreativos en la capital regional.
“En eso se debe invertir, para todas estas actividades debería de existir un parque donde realizar todo este tipo de celebraciones y así evitar todo este tipo de molestias”, expuso Cristian CL.
No hay otro lugar
Los impactos negativos que desencadenan estas actividades de masiva concurrencia en el centro de Chillán también ha llegado a oídos del concejo municipal, donde se han abordado los pro y contra. En esa oportunidad el alcalde Camilo Benavente reconoció los trastornos viales que ha generado, en particular, la Fiesta de la Longaniza, debido a los cortes de calles.
Desde el municipio chillanejo admitieron que la ciudad no cuenta con otro espacio adecuado que reúna los requisitos de seguridad.
“Hoy no existe un lugar que pueda prestar las condiciones adecuadas en cuanto acceso y seguridad, que sí nos otorga, por ejemplo, la Plaza de Armas. Hay que recordar que las últimas ramadas fuera del centro, fueron foco de varias incivilidades que se han tratado de controlar con este nuevo formato. Siempre es evaluable, sobre todo con la nueva infraestructura que se irá instalando en la ciudad, pero siempre y cuando cumpla con condiciones de seguridad y se asegure una fiesta para todos los chillanejos”, explicaron.
La concejala Quenne Aitken sostuvo que la Plaza de Armas es un lugar adecuado para realizar actividades masivas, principalmente por razones de acceso, ya que se han analizado otros como el Complejo Deportivo Quilamapu, sin embargo, este último, a su juicio, no cumpliría con ese requisito. Desde su punto de vista, la limitación del vehículo privado al perímetro céntrico podría aminorar la congestión vial.
“Lamentablemente Chillán es una ciudad que no tiene una buena conectividad vial, no tiene una buena conectividad del transporte público y eso hace que finalmente el único lugar que podamos tener, y que la mayor cantidad de ciudadanos puedan asistir a un evento y tengan la mejor conectividad, es el centro de nuestra ciudad, a través de la Plaza de Armas. Eso también ha quedado demostrado con ver que finalmente más de 150 mil personas vienen a disfrutar de los eventos que se realizan y finalmente podemos tomar las condiciones de precaución. Yo he sido muy crítica de que el transporte privado pase por el centro de la ciudad y preferentemente debería pasar por los sectores aledaños y no por las calles céntricas”, aseguró.
En ese sentido, enfatizó que la implementación de vías exclusivas para el transporte público en las principales calles de Chillán, es un tema que se debería zanjar para mejorar las condiciones del tránsito.
“El chillanejo está muy acostumbrado a que si va al mercado el auto lo deje afuera del mercado o afuera del local al que va y eso debería cambiar si nos queremos desarrollar como ciudad y potenciar el transporte público debemos dejar vías exclusivas para el transporte público. Entonces, en base a eso también hay una conciencia de entender que somos una ciudad que ha crecido y que lamentablemente no tiene las condiciones necesarias y hoy día el único espacio que las reúne para poder generar eventos masivos con conectividad en nuestro centro de Chillán y ha quedado demostrado cuando se han hecho actividades masivas en Quilamapu, donde lamentablemente no pueden llegar todos y tienen que contratarse transporte privado para poder transportar a las personas”, comentó.
La concejala Yanina Contreras destacó que estas fiestas son positivas para diversos rubros, ya que reactivan la economía local de quienes exponen y de aquellos servicios cercanos a la plaza. Por lo tanto, reveló, sus ventajas son mayores a los trastornos que puedan ocasionar.
“Sabemos que todo evento masivo tiene algunas externalidades positivas y negativas. Si bien sabemos la afectación que puede generar en determinados días en temas de tránsito vehicular, es importante recalcar que son días acotados y no perder de vista los efectos positivos de estas festividades que dinamizan la economía local, generando empleo e ingresos para centenares de emprendedores y comerciantes que participan o se ven beneficiados de una u otra forma de estas actividades. Gastronomía, hotelería, comercio, artesanos, son sólo algunos de ellos”, comentó.
Asimismo, planteó que Chillán carece de espacios que reúnan garantías de seguridad y conectividad para eventos de esta magnitud.
“Desde la perspectiva de la seguridad y accesos, hoy no habría otro lugar apropiado. Vengo de una familia que también fue ramadera, en ‘La Ramada del Viejo Lelo’, y lamentablemente, en los últimos años tristemente vimos cómo estos puntos fueron foco de peleas y otros hechos. Para evitar los tacos se han tomado estrategias en la semaforización y fue positivo, aunque de la misma manera me parece bueno buscar nuevos espacios, siempre que lleve de la mano la seguridad y sin brechas de acceso para todos los chillanejos y chillanejas”, recalcó.
El concejal Juan Pablo López, comentó que se han barajado otras opciones como el Estadio Nelson Oyarzún y el Centro Deportivo Quilamapu, sin embargo, se han descartado por albergar más sectores residenciales que podrían verse afectados.
“La plaza es un buen lugar para hacer este tipo de eventos porque es un punto de encuentro donde casi toda la locomoción llega al centro de la ciudad. Es muy poca la gente que vive alrededor de la plaza. Son más áreas de servicio. Entonces, el impacto que tiene para la ciudadanía tener ruido o tener cortes de calles es menor, si nosotros pudiéramos llevar este evento a otro lugar. Porque se ha pensado, por ejemplo, en el Estadio Nelson Oyarzún, que tiene una tremenda explanada en lo que rodea al mismo estadio. También se piensa en Quilamapu, pero son lugares más residenciales”, dijo.
“No lo veo adecuado”
Una opinión distinta tiene la presidenta de la Junta de Vecinos de Sargento Aldea, Raquel Hernández, quien planteó que las celebraciones son positivas para la comunidad, aunque, se deben buscar las condiciones apropiadas para tales efectos. A su juicio, la plaza forma parte de los pocos pulmones verdes que tiene Chillán, los que con estas actividades pueden verse afectados.
“Aquí hace falta, ahora que no está la medialuna, un espacio, un terreno que esté acondicionado exclusivamente para las fiestas que se celebran. Quizás lo hacen porque está más cerca de la gente para que concurra, pero hoy en día todos tienen vehículos. A mí en lo personal, no sé, no lo veo adecuado, el corazón de la ciudad se obstaculiza, como dice la gente, varias quejas por el tránsito. Que se celebren las tradiciones y todo, perfecto, pero debiera ser en un lugar más adecuado. Las plazas son como los pulmoncitos que tenemos en la ciudad que deben preservar y conservar, pero no olvidar que son para la concurrencia de la gente, pero no masivamente. Pienso que las autoridades deberían replantearse y elegir un buen terreno circundante para estos efectos”, sostuvo.
Desde el punto de vista del arquitecto local, Claudio Martínez, el centro cívico de la ciudad es un punto urbano adecuado para realizar estos eventos ya que permiten dinamizar la ciudad, aunque subrayó que se deben tomar resguardos.
“En relación a los eventos costumbristas como la Fiesta de la Longaniza, parece que tomando las precauciones del caso, es el lugar adecuado, porque contribuye a darle vida al casco histórico de la ciudad. Lo mismo ocurre con la explanada frente a los edificios públicos. Las ciudades mueren cuando son abandonados sus cascos históricos. Por lo que opino que, tal como lo ha hecho la municipalidad, es pertinente mantener la plaza como el eje de estos eventos, relegando a las calles las instalaciones de uso masivo. Las congestiones, como en este caso, ocurren en todas las ciudades del mundo, pero los beneficios para la ciudad son evidentes”, expresó.
“Creo que, de acuerdo a la experiencia, basta con mejorar las condiciones de seguridad y control de un eventual mal uso del espacio público y no trasladar estos eventos fuera de la ciudad. La ciudad necesita vida y estos eventos contribuyen a ello”, añadió.
Desde el Colegio de Arquitectos, a través de su comité Patrimonio, advirtieron que este tema ha dejado en evidencia la necesidad de contar con espacios adecuados para estas actividades, por lo que estiman que los futuros proyectos acojan esta demanda.
“Nuestra ciudad adolece de espacios públicos de calidad. Tan solo respecto a áreas verdes el estándar mínimo de la OCDE es de 8 m2/persona, y Chillán no alcanza ni 2 m2/persona. No tenemos espacios de recreación, de vegetación y de eventos masivos como lo es el caso. Esto repercute que la zona posible de estos eventos por seguridad, conexión y espacio sea tanto el paseo Arauco como la plaza de armas. Creemos que es una tarea que las autoridades deben considerar para la ciudad, tanto en los futuros diseños de espacios públicos como en la búsqueda de alternativas. El futuro Parque Ultraestación, los terrenos de la U. de Concepción o del Bío-Bío, o el mismo futuro Parque Schleyer podrían ser considerados y analizados desde esta perspectiva”, planteó.
Al indagar en los orígenes de este punto de encuentro, detalló que representó el poder durante la época de la conquista, ya que a su alrededor estaba la presencia de la iglesia y los gobernantes locales. También reflejó la estructura social de Chillán. Los vecinos de clase alta paseaban alrededor del centro de la plaza, mientras que aquellos estratos sociales más bajos caminaban por los bordes. En el pasado, han albergado expresiones culturales, políticas y también fue punto de celebración de fiestas patrias.
“Las plazas siempre sirvieron para los grandes eventos, las celebraciones de las fiestas patrias, pero, no había ramadas, estaban por otro lado. Eran utilizadas para las concentraciones políticas. Manifestaciones artísticas también. Pero no eventos masivos. Eso va cambiando con el espíritu de la política que tenga el gobernante de las comunas. (…) Yo no estoy en contra de que los hagan, porque si la gente disfruta, la gente tiene tan poco esparcimiento hoy. Personalmente estoy de acuerdo en que se hagan, pero que no cambiemos la plaza, no la transformemos en un zócalo. Mantengamos la arborización porque es un pulmón verde. La plaza fue un centro comunitario”, valoró el historiador Marco Aurelio Reyes.