Señor Director:
En las últimas semanas ha resurgido el debate en torno al uso de mascarillas al interior de los colegios. Un debate que,
junto con tomar en cuenta la evidencia científica, ha centrado su mirada en la realidad que se vive día a día en los distintos
establecimientos de nuestro país. Impacto en el desarrollo fonético de los alumnos, en el proceso de lecto escritura, pero,
por, sobre todo, en el estado emocional de ellos, debiese ser considerado por las autoridades para revertir esta decisión
que ha complejizado aún más la reducción de la brecha de aprendizaje producida por las clases remotas.
¿Cómo explicarle a un niño que en un restaurant puede estar sin mascarilla, pero en su Colegio no? ¿Cómo evitar
que no genere un rechazo natural a sus clases? Las contradicciones que genera la normativa vigente están afectando
directamente la relación de los alumnos con su sala de clases, generando nuevos desincentivos para retomar el proceso
de enseñanza.
Además, desde el punto de vista del proceso enseñanza/aprendizaje, para Colegios como el nuestro el uso obligatorio
de mascarillas produce un costo aún mayor, ya que parte importante de la fonética se aprende por medio de la imitación;
proceso imposible de realizar con el uso de un cubre bocas. Tal como lo han expuesto algunas organizaciones, ¿tendremos
que realizar nuestras clases en un bar para así evitar el uso de mascarilla o, finalmente, se tomará en cuenta la opinión
de quienes vivimos día a día las consecuencias del uso de éstas?
Felipe Rössler H.
Director Colegio Alemán de Chillán