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Fue en abril del año 2014 que la prensa local fue invitada por Gendarmería Regional del Biobío a presenciar la primera instalación de una tobillera telemática.
Era una persona quien, tras ser formalizada por conducción en estado de ebriedad, fue objeto de una sanción que le significaba reclusión nocturna, pero que conforme a esa ley que debutaba así en Chillán, se le reemplazó el castigo que lo hubiese obligado a dormir 61 días en la cárcel, ya que podía hacerlo en su casa, siendo monitoreado desde Santiago gracias a este aparato que quedaba fijado a su pierna izquierda.En la oportunidad se anunció la llegada de 57 de esos aparatos para todo Biobío y ya para el 16 de diciembre, se habían utilizado 23 dispositivos telemáticos en Ñuble.
Hoy, conforme a las estadísticas de Gendarmería Regional, se sabe que esa cifra, literalmente, se triplicó para diciembre del 2018, mes en que se contaba a 66 personas que habían visto sustituidas penas corpóreas por la tobillera.
Números más recientes certifican que hoy, en todo Ñuble, hay 56 sentenciados que evitaron ir a la cárcel gracias a este dispositivo.
Y si a nivel nacional se evidenciaron algunos casos de pérdida de señales respecto de alguna de las tobilleras, por lo que las personas que las portaban no pudieron ser monitoreados, el director regional de Gendarmería Ñuble, coronel Gonzalo Hermosilla, explicó que “es fue un problema que no se registró en Ñuble, por otra parte se trató de un asunto técnico que ya está totalmente solucionado”.
Defensoría sin reclamos
Al poco tiempo de su debut en Ñuble, se supo de dos casos en los que los condenados intentaron cortar las bandas de la tobillera.Sin embargo, y como se explicaría oficialmente tras el hecho, fue porque ambas personas (mujeres ambas) se sentían incomodadas debido a que no podían usar vestido, jeans ajustados y además estropeaba sus relaciones conyugales.
Pese a que el aparato no se ha modificado ni en prestaciones ni dimensiones “hoy en día no hemos tenido ningún tipo de reclamos o quejas por parte de los usuarios”, comenta el Defensor Regional de Ñuble, Marco Montero.
Si alguna vez se discutió si este sistema intrusivo no ofrecía dignidad suficiente al usuario, Montero afirma que sí lo hace.
“Este es un tipo de pena sustitutiva que amplía la sanción en libertad, ha funcionado de manera adecuada y la tasa de quebrantamiento, a nivel nacional es bajísimo, lo que significa que las personas prefieren cumplir con esto en vez de ver intensificado el castigo, estando privado de libertad”.
Esto, además de las pruebas de fiabilidad que ha dado el sistema en la región, ha sido parte de las explicaciones del porqué del aumento de esta pena sustitutiva (Ley 20.603) que se enmarca dentro de un abanico de seis opciones para evitar la cárcel ante condenas por delitos de menor entidad.
En Ñuble, la mayoría de los casos se aplica en hurtos, violencia intrafamiliar y conducción en estado de ebriedad.
La geografía de Ñuble
Otro de los puntos que se discutieron en Ñuble, cuando se incluyó la tobillera como pena sustitutiva, era la limitación tecnológica que suponía monitorear la tobillera en sectores en los que no es posible captar señal telefónica de celulares, método que usa el dispositivo.Si bien eso no ha cambiado, el coronel Hermosilla aclaró que “en los casos en los que no es factible aplicar la tobillera, previa evaluación del departamento de monitoreo telemático, es resorte del tribunal determinar otro tipo de control de cumplimiento de la pena”.
Generalmente, la otra opción es la reclusión domiciliaria con control de carabineros de la unidad más cercana.