Han pasado tres décadas desde la muerte de la premiada escultora Marta Colvin, chillaneja nacida el 2 de junio de 1907 que desarrolló su carrera en la Escuela de Bellas Artes de Santiago, y en Europa. La Universidad del Bío-Bío tiene un fuerte vínculo con esta artista, pues junto a su marido, Fernando May Didier, donaron el terreno y la casa donde vivían, para la entonces Universidad de Chile, sede Chillán. Hoy es uno de los campus UBB.
Por eso, la casa de estudios conmemoró con un conversatorio de expertos en artes visuales y gestión cultural. Diana de la Fuente, Johana Martín, Felipe Aburto y Pablo Escobar se refirieron al enorme impacto que tuvo esta pionera en la escultura chilena, que fusionó técnicas y se conectó son culturas precolombinas. También lo hicieron cuatro estudiantes de Diseño Gráfico UBB: Catalina Muñoz, Fabián Muñoz y Martín Zamora.
El director de Extensión, Hernán Barría, dio la bienvenida a la actividad, en la que hizo especial hincapié al equipo de trabajo que lidera Katerin Henríquez, en el Museo Marta Colvin. “Para nuestra universidad es un permanente desafío salvaguardar el legado de esta extraordinaria artista. Destacamos lo que se hace desde el Museo Marta Colvin, que en realidad es el motor que mueve y persiste en proyectar a esta tremenda artista”.
