Señor Director:
Ir a votar este fin de semana es un riesgo. No lo podemos desconocer. Pero es un riesgo que podemos controlar si tomamos los cuidados sanitarios que todas y todos conocemos. El riesgo que no podemos controlar es lo que puede suceder si muchas y muchos dejamos de ir a votar.
Corremos el riesgo de que generaciones que apostaron por el cambio de la dictadura a la democracia hace 30 años, vean frustradas sus expectativas de avanzar hacia mayor y mejor democracia. Corremos el riego que sus hijos e hijas, que hicieron posible que hoy podamos cambiar la Constitución, experimenten la misma frustración. Y corremos el riesgo de no contar con esos gobiernos municipales y regionales que deben interpretar e implementar los cambios con que todas y todos soñamos. Porque mientras menos personas vayan a votar, más crece la posibilidad de que ganen los que quieren que nada cambie.
Este sábado y domingo vamos a votar con nuestro lápiz azul, mascarilla y alcohol gel. Pero también vamos con la esperanza de millones de chilenas y chilenos que se la jugaron en el plebiscito de octubre pasado.
Por primera vez en 200 años de independencia, elegiremos una Convención 100% democrática y 100% paritaria. Y con la participación garantizada de los pueblos originarios de Chile.
¡Hoy toca escribir la historia!
Paula Narváez