Señor Director:
Vivir una vida libre de violencia desde la niñez es fundamental para el desarrollo pleno de todas las personas. Sin ir más lejos, la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU nos insta a erradicarla en las distintas dimensiones del quehacer diario. Sabemos que existen distintos niveles de violencia y que algunas de sus expresiones son más tangibles que otras. Por ejemplo, que casi un millón de niñas, niños y adolescentes en Chile vivan en situación de vulnerabilidad -más de 700 mil en pobreza por ingresos y más de 260 mil en pobreza extrema según CASEN 2020-, es violencia.
Que casi 190 mil niñas, niños y adolescentes estén desescolarizados, es violencia. Que el 77% de los casi 2.800 hogares que se vieron afectados por la pérdida de un ser querido debido a la crisis sanitaria —con la muerte de uno o ambos progenitores, dejando a casi 3.900 niños, niñas y adolescentes sin sus padres y/o madres, según el MDSF 2022, estén en el 40% más vulnerable del país, es violencia. Tampoco debemos ignorar la violencia sexual,
Es por todo esto que desde hace más de 10 años en Colunga acompañamos iniciativas de la sociedad civil que buscan proteger a la niñez y adolescencia contra toda forma de violencia. Actualmente estamos invitando a más organizaciones a sumarse a este desafío porque creemos que en conjunto podremos generar los cambios que necesitamos en Chile. Vivir libre de violencia lejos de ser un deber moral, es un derecho fundamental.
Rafael Moyano