El estallido social cambió inexorablemente el escenario electoral para las próximas municipales.
Así lo entiende el concejal por Chillán Camilo Benavente Jiménez (PPD), quien iniciando este 2020 asume oficialmente su candidatura a alcalde de Chillán en representación del PPD, de cara a una eventual primaria o definición más amplia de la oposición.
Para el periodista y exdirector regional del Instituto Nacional del Deporte Biobío, “las autoridades hoy deben entregar argumentos profundos, mostrar experiencia, cosas empíricas, medibles, cuantificables; no solo anuncios volátiles y poco concretos. Se debe materializar la gestión, lo que nos obliga a quienes estamos en política a prepararnos más y a tener equipos más cohesionados. A ser más profesionales”.
Alude a que los viejos esquemas electorales deberán asumir a un electorado mucho más exigente e interesado en participar.
– ¿Cree que después del estallido social, las elecciones en general están más abiertas?
– Estoy convencido de aquello. Estas elecciones tendrán un nuevo componente, que es el hecho que quienes actualmente ejercen cargos serán más cuestionados que los más nuevos. Es algo natural, hay un desgaste, y hay casos emblemáticos, en que alcaldes han llegado a una comuna y no se han ido más. La operación municipal es compleja, en el caso de Chillán son más de 3 mil funcionarios y $40 mil millones de presupuesto, lo que dificulta plantear una alternativa. El alcalde es omnipotente, y los concejales, aunque queramos, no podemos hacer mucho. Esta figura de omnipotencia ha sido cuestionada transversalmente, lo que puede generar una oportunidad, lo que sumado a la irrupción de los jóvenes y la clase media, que estaban poco interesados en participar, podrían aumentar en un 20% la participación. No hay que olvidar que el caso de Chillán es emblemático, en 2016 votó solo el 33% del padrón, lo que valida al alcalde con 28 mil votos, en un universo de 148 mil. Ese margen de mayor votación del 20 ó 25% podría cambiar la elección.
Con o sin Zarzar
– ¿Es partidario que se incluya a los alcaldes en el proyecto de límite a la reelección que se discute en el Congreso?
– Por supuesto. Soy partidario que los alcaldes estén, máximo, dos períodos. Los municipios tienen presupuesto propio, y en ocho años se pueden sacar proyectos en áreas sensibles, dejar establecida la intencionalidad del jefe comunal, quien es el eslabón más directo de las autoridades con la comunidad, lo que lo hace estar siempre en el frente, algo que cansa, desgasta y desencanta. Esto hace que los municipios se contagien de un estado de parsimonia, que no haya fuerza, convicción.
– ¿Cree que esto último ha ocurrido en Chillán?
– Siento que el último período ha sido difícil para el alcalde Zarzar. Se han cometido muchos errores no forzados, fundamentalmente, por esta falta de convicción, de ganas, de compromiso, a diferencia de los primeros períodos. Tenemos un montón de proyectos pendientes y hay una gestión municipal que deja mucho que desear. Hemos tenido cuatro directores de Secpla en los últimos dos años. No puede ser que un proyecto acotado, como el del Parque Lantaño, se haya demorado tres años; que la performance de la empresa de áreas verdes sea discreta, o que entre las 100 comunas más grandes del país, nuestro gasto social esté en el lugar 95º, muy por debajo de Los Ángeles, Temuco, Talca u Osorno. Eso ha ocurrido por el desdén del municipio. Ahora, también hay cosas que valoro, como el teatro y la gestión cultural.
– En caso que el proyecto se aprobara incluyendo a los alcaldes, ¿Una elección sin Sergio Zarzar como candidato abriría las expectativas de diferentes sectores, incluido el propio oficialismo?
– Naturalmente, yo diría que es la mejor opción. En Chillán hay muchos buenos liderazgos, en todos los sectores. De lo contrario, debiera postular la persona más competitiva. En nuestro conglomerado tenemos varios nombres, Cristian Quiroz, César Riquelme, Óscar Crisóstomo, y todos trabajamos muy bien en conjunto. Si es necesario efectuar una primaria o aplicar una encuesta, estamos disponibles. Mi sensación es que todos somos un aporte y hemos demostrado experiencia, energía, transversalidad, etc. Lo mismo siento desde el Frente Amplio. Todos queremos contribuir, y quien sea que gane, sé que invitará al resto a colaborar.
– En los últimos dos años, ¿Chillán ha seguido operando como capital provincial, más que regional?
– Sí. Tenemos que ponernos pantalones largos. Necesitamos un equipo comprometido de gente, independiente de los colores políticos. Hoy debemos ser más tolerantes, la municipalidad no debe ser de un partido político, sino de la ciudad. Debemos aprovechar, además, la cercanía con el aparato estatal, no se ha logrado articular esto, y queda la sensación que el alcalde va por un camino y el intendente por otro, que no se está conversando. Chillán debe ser vista como metrópoli, junto a Chillán Viejo, San Carlos y Bulnes. La comuna debió liderar esto, y se adelantó el intendente al crear el consejo de Desarrollo Urbano.
– Preocupa a los ciudadanos la irrupción de los edificios de gran altura en el centro de Chillán. ¿Qué opinión tiene al respecto?
– El Plan Regulador lo autoriza, y siento que el alcalde no ha querido meterse mucho, porque lo avala la normativa. Lo que he conversado con expertos y con ciudadanos en general, es que es aconsejable ubicar a los edificios en altura después de las cuatro plazas y hacia las avenidas, dejando al centro más bajo, con cuatro ó cinco pisos. Es una decisión que debe tomar el alcalde, pues si no, queda la sensación que no está regulado.