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Un recuerdo histórico

Señor Director:

Este sábado 29 de marzo se cumplirá el 30º aniversario del traslado a Chillán de los restos de la madre y la hermana del Libertador de Chile, Capitán General don Bernardo O´Higgins Riquelme, Isabel Riquelme y Rosita O´Higgins, respectivamente, ocurrido en 1995.

Me correspondió participar en la gestión de tal suceso, y en el cumplimiento de ese rol tuve el honor de ser el ciudadano que vio por primera vez abiertos los nichos que contenían las urnas de tan distinguidas damas, en la Cripta de los Arzobispos, en la Catedral Metropolitana de Santiago, después de su llegada desde Perú, en 1947.

Los despojos de Doña Isabel descansaban en el féretro original en que fueron depositados en 1839, cuando murió en Lima. Los de Rosita O’Higgins habían sido reducidos en 1947 debido a que su urna sufrió el desgaste del tiempo.

El de Isabel Riquelme era un hermoso ataúd de un color dorado claro, con hilado oro, que, al ser construido, sin lugar a duda, contó con todo el cariño y respeto del pueblo peruano por la madre del Gran Mariscal del Perú. Al ser traído a Chile en agosto de 1947 todavía se encontraba en magníficas condiciones, y por esa razón las autoridades de la época no determinaron una exhumación y reducción.

En cuanto a Rosita O’Higgins, debido al mal estado de su ataúd original, sus despojos fueron reducidos en 1947, de modo que hasta 1995 reposaba en una urna hecha en Chile.

Se trata de un diseño sobrio, que sirvió de inspiración para la confección de los féretros de madera de alerce en los cuales ambas mujeres descansan eternamente hoy en la cripta construida para ellas en el Parque Monumental de Chillán Viejo.

Carlos Alfonso Bastías Fuentes

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