Conforme al director regional de Socorro Andino, Luis Sáez, los operativos que se deben realizar para socorrer a personas que o se accidentaron o se extraviaron realizando senderismo en las montañas de Ñuble, “son en promedio, unas 74 personas cada año”.
La cifra no debería sorprender si se entiende que año tras año se advierten de esta gran cantidad de casos, para pedirle a los turistas y deportistas que acudan a la montaña, que se inscriban en Carabineros Las Trancas, que se informen sobre las condiciones de la ruta, del clima y para que realicen esta actividad con los implementos necesarios.
Sin embargo, el número de rescate no varía. Y de hecho, esta semana ya hubo dos.
Y en el mes de agosto, otros dos en menos de 24 horas.
“Las causas casi siempre son las mismas”, advierte el director, quien además es técnico en turismo y rescatista profesional.
“Son personas que no conocen bien la ruta, o personas que la hicieron una vez y luego, creyendo dominar el trayecto, vuelve con más personas y se terminan separando, o alguien se les queda atrás y se les pierde”, planteó.
La mano al bolsillo
Para el alcalde de Pinto, Manuel Guzmán, el tema de los rescates es “algo que nos preocupa tanto por las personas que se extravían, ya que ha habido varios casos fatales; como por que cada caso es un golpe a la credibilidad del empresario turístico, quienes se esfuerzan por proyectar una imagen de confort, belleza de paisajes y seguridad, y esto no les hace ningún favor”.
Tras destacar que la mayoría de estos rescates son a causa de personas que “se salen de las rutas oficiales, entonces lo hacen por sectores privados y ahí es muy poco, por no decir nada, lo que la municipalidad puede hacer, es necesario que las personas entiendan que una vez arriba, la responsabilidad es solo de ellos”.
Según las estimaciones municipales en el periodo estival se llega a tener una población flotante de hasta tres mil personas en los sectores turísticos de la zona.
Y aunque este año, marcado por la pandemia y las restricciones de movilidad, se prevé menos visitas, “esa misma posibilidad de salir de vacaciones a otras regiones del país, por riesgo de quedar atrapado, por ejemplo, por una cuarentena o un contagio, nos hace prever que había muchas más personas subiendo a la montaña”.
Tanto los caminos como las mismas rutas en los senderos, como la de la laguna El Huemul, cuentan con señaléticas o letreros para guiar al turista.
“Sin embargo, hay muchas personas que no hacen mayor caso de esto. Lamentablemente, lo único que sirve es velar como municipio para que se paguen las multas, que parten en las 2 UTM, porque muchos entienden solo cuando les meten las manos al bolsillo”, concluyó el jefe comunal.
Rutas de Instagram
Carabineros ha constatado que muchos de los senderistas extraviados, no solo no conocían la montaña, sino que no estaban equipados cuando los encontraron.
Dentro de las principales fallas se encuentra el no subir con suficiente agua, con zapatillas urbanas, con ropa deportiva no apta para climas montañosos y “varios no se inscribieron en Carabineros explican”.
Desde Socorro Andino advierten que “hoy las personas salen tomando las rutas que aparecen en Instagram, y eso ha hecho que la gente suba con demasiada confianza, pero no entienden la dificultad del camino, ni tampoco se les explica que hay varios senderos dentro de una misma ruta que los puede confundir y por eso se terminan perdiendo”, explicó Luis Sáez.
El costo, solo para Rescate Andino, por día de búsqueda promedia los $400 mil.