Señor Director:
El 50% de los chilenos no ha leído un libro hace más de seis meses, el 30% prefiere ver una serie antes que aventurarse en ello y sólo el 15% manifiesta haber aumentado su cercanía con esta actividad. El resultado, entonces, no debe extrañarnos: casi el 20% de los adultos no entiende lo que lee.
Más allá de los números, y las razones, creo fundamental tomar conciencia en torno a lo mucho que perdemos como sociedad por no leer.
La lectura es, en palabras de la Unesco, una gran vía para combatir el aislamiento, reforzar los lazos entre las personas y estimular nuestras mentes y creatividad. Por ello es tan relevante que a nivel educativo fomentemos el gusto por la literatura y para esto, sin duda, debemos eliminar barreras como precios, lugares donde acceder a ejemplares o cualquier otro aspecto que pudiera actuar como obstáculo entre una persona y un libro. No sólo es importante para la cultura, sino también para el desarrollo sostenible.
No olvidemos que una de las metas de la ONU al 2030 es lograr una educación inclusiva, proporcionando acceso igualitario a instancias educativas y eliminando las disparidades de género e ingresos que puedan acrecentar las brechas ya existentes.
En momentos en que en el país se discuten materias contingentes y aparentemente prioritarias es fundamental no perder de vista esta problemática. Poco valdrán las mejores políticas públicas, los nuevos acuerdos, las leyes mejoradas o cualquier tipo de cambio, si no despertamos en cada ciudadano ese amor por las letras, ese afán de saber más, esas ganas de descubrir un mundo nuevo, el mundo de la lectura, ese que abre puertas, promoviendo la creatividad y el desarrollo integral.
Claudio Ruff
Rector Universidad Bernardo O’Higgins