El transporte público es un factor clave en la calidad de vida de una ciudad, y por esta razón, su gestión está permanentemente en la mira de los vecinos y en la preocupación de las autoridades.
La reciente firma de un acta de acuerdo entre la Seremi de Transportes y los operadores del sistema al transporte público mayor (taxibuses), con el objetivo de generar un perímetro de exclusión en la intercomuna e incorporar cambios tarifarios y nueva tecnología, es recibida con atención por la ciudadanía.
El convenio, refrendado el viernes pasado, consiste en la generación de un perímetro de exclusión que establece las condiciones para que operen las empresas existentes en la ciudad, las que serán fiscalizadas por el ente gubernamental y cuya evaluación será fundamental para que en el futuro se mantengan dentro del sistema, o de lo contrario ingresen nuevos actores.
El modelo de operación garantiza a los transportistas subsidios mensuales, con los que financiarán los avances tecnológicos que requiere el sistema, como pago a través de tarjeta VIP o aplicación de celular, lo mismo que los descuentos que se realizan a escolares y adultos mayores.
Igual de relevante es el cambio al modelo de fijación de tarifas del transporte mayor, el que es establecido en la actualidad por los propios empresarios, sin que intervenga el Ministerio de Transportes. Una vez que esté en operaciones el nuevo modelo, el precio del pasaje será calculado en función de variables como la cotización del dólar, el precio del petróleo y los repuestos, entre otros factores.
En la medida que el parque automotor, tanto privado como público, aumenta, se hace imprescindible un reordenamiento del tránsito, y una licitación de recorridos del transporte público, proceso que se desarrolló hace 15 años en Concepción y que si bien no cumplió con las expectativas de los usuarios, permitió ordenar la locomoción colectiva en la capital regional, trabajando con los operadores.
Pero no solo las soluciones deben llegar por el camino de las regulaciones y restricciones. La inversión en nuevas y más amplias vías, la modernización de las máquinas y la calidad del servicio para incentivar el transporte público por sobre el privado deben estar consideradas dentro de un plan de mejoramiento y gestión del transporte de la capital regional. Así también, las condiciones para los usuarios, como paraderos techados, pasos peatonales seguros y debidamente señalizados y choferes profesionales que garanticen mayor seguridad y buen trato con los pasajeros, junto a tarifas convenientes, son elementos que harían más atractivo el uso del transporte público.
La experiencia con los empresarios y choferes de este sector no ha sido positiva en el pasado, lo que debe ser un factor a considerar por la Seremi de Transportes. Pero también los intereses de la mayoría de los vecinos, su calidad de vida, el mejor uso de las vías y la disminución de la congestión son factores que deben estar sobre la mesa, a pesar de las presiones que puedan sufrir desde los gremios.
El crecimiento de la ciudad y el mayor número de vehículos, factores que indican un mayor desarrollo urbano, tienen asociados costos que deben irse resolviendo, buscando equilibrios entre las demandas de los sectores afectados por un reordenamiento del tránsito y los requerimientos y necesidades de transporte de sus habitantes.
