Señor Director:
Desde la creación de nuestro sistema privado de pensiones en 1981, la edad de referencia de pensión se ha mantenido intacta en 60 años para las mujeres, y de 65 años para los hombres, a pesar que la expectativa de vida se ha incrementado en un 50% para ambos géneros. Si bien la edad de pensión es sólo una referencia, es decir puede retrasarse si la persona lo estima conveniente, lo cierto es que no existe el coraje de nuestra clase política para retrasarla de manera formal, pero tampoco existen los incentivos reales para las personas retrasen las pensiones.
Un incentivo interesante sería devolver todas las cotizaciones y la rentabilidad que logran hombres y mujeres después de los 65 años. Por ejemplo, si una persona tiene $50.000.000 en su ahorro obligatorio, con un sueldo bruto de $500.000, que decida postergar en dos años su pensión, podría retirar un monto de $5.000.000 entre cotizaciones y rentabilidad, sin afectar el monto de pensión que hubiera obtenido a los 65 años.
Eduardo Jerez Sanhueza