El Banco Central publicó este miércoles el Informe de Política Monetaria (IPoM) de septiembre de 2022, en el cual revisó al alza la inflación prevista para fines de este año y todo 2023, estimando que para comienzos de 2024 “volverá a valores más cercanos” a la meta de 3% anual.
Se destaca que la inflación está provocando efectos relevantes en los ingresos y las expectativas de los agentes económicos, y que el Central “está trabajando para lograr que la convergencia de la inflación ocurra con un ajuste en materia de actividad económica ordenado y eficiente”.
En los últimos meses, indica el IPoM, continuaron destacando los aumentos de los precios de los alimentos, que explicaron casi un tercio de la inflación anual a julio.
El documento precisa que el alza del IPC se da en un contexto en que las expectativas de inflación han aumentado. Distintas fuentes muestran que la inflación esperada a corto plazo ha subido de forma importante, de hecho, hoy está previsto que el INE dé a conocer la variación del IPC de agosto, en que los operadores estiman un alza de 1,0%.
En el plano de la actividad interna, los datos del segundo trimestre e inicios del tercero indican que la economía continuó en su proceso de ajuste tras los fuertes desequilibrios acumulados en 2021. En el segundo trimestre, excluyendo la minería, la actividad tuvo un retroceso de 0,5%, caída que se extendió a julio.
Destaca que el consumo privado siguió reduciéndose desde los elevados niveles que mostró en 2021. En el segundo trimestre, descontada la estacionalidad, el consumo privado tuvo una caída de 2,4%, algo mayor a la prevista.
En Ñuble, indicadores como el Índice de Ventas de Supermercados o las estadísticas del mercado automotor, vienen mostrando tres meses consecutivos de caídas respecto a 2021. Si bien la base de comparación es alta, la tendencia da cuenta de la menor liquidez de los consumidores y el encarecimiento de los créditos, como consecuencia de las sucesivas alzas de tasas de interés. Precisamente, este martes el BC resolvió subir la tasa de política monetaria en 100 puntos base, desde 9,75% a 10,75%.
El IPoM indica que el ajuste del consumo se da en un contexto en que los salarios reales continúan contrayéndose, se ha frenado la creación de empleo y se ha ido agotando la liquidez remanente de los estímulos de 2021.
El Informe proyecta que la economía crecerá por debajo de su potencial por varios trimestres más, con lo que la brecha seguirá reduciéndose y se ubicará en niveles negativos a partir de fines de este año. En este escenario, el PIB tendrá una variación anual entre 1,75 y 2,25% este año, entre -1,5 y -0,5% en 2023 y entre 2,25 y 3,25% en 2024.
La reducción de la inflación, desde sus altos niveles actuales a 3%, se basa en que la economía seguirá ajustando los desequilibrios acumulados el 2021, lo que considera una reducción de la actividad y la demanda por varios trimestres, es decir, la economía entrará en recesión el próximo año, en lo que será un doloroso pero necesario ajuste para controlar la inflación o “impuesto de los pobres”, ya que castiga con más dureza a quienes destinan la mayor parte de sus ingresos a consumo. Es de esperar que, así como los consumidores tendrán que apretarse el cinturón, el Estado haga lo propio, avanzando en la reducción del déficit fiscal, perseverando en una política de austeridad y promoviendo una mayor eficiencia en el gasto.