Señor Director:
Ya han pasado 55 años cuando por primera vez llegué a la Escuela Anexa a la Normal de Chillán y lo vi por primera vez, y recuerdo como si fuera hoy sus primeras palabras: “ Bienvenido amigo Sánchez”. Sí, ese fue siempre su trato, Respetuoso, amistoso, caballero, sencillo, elegante, un caballero. Un maestro que con sola presencia ya estaba educando, siempre vestido de traje y corbata, muy bien lustrado y peinado, su lenguaje fluido, su sonrisa amigable y en el aula su enérgica demanda al educando, para que la responsabilidad y la limpieza de nuestros trabajos de caligrafía y de dictado no fallara. Le vi pasear junto a su esposa, siempre tomados del brazo y el saludo gentil fue el mismo: “ Cómo esta amigo Sánchez”.
Desde esta tribuna un sentido recuerdo a quien me enseñó a amar las letras, a respetar el lenguaje y tener como grande amigos a los libros. Mis condolencias a su gran familia. La existencia terrenal nos permite la oportunidad de trascender. Don Julio lo ha logrado con creces. Primero con su gran legado familiar, segundo con su impronta como un gran ser humano y tercero, por haber sido un verdadero Quijote de la educación. Es decir, un caballero de la educación. Descansa en paz estimado amigo Julio Lagos Silva.
Víctor Hugo Sánchez Ortiz
